«1 Doy elogios libre y generosamente. Mejora el estado de ánimo no sólo para el receptor sino también para mi. 2) He aprendido a no molestarme por un pliegue o mancha en mi camisa. Después de todo, la personalidad habla más que las apariencias. 3) Estoy aprendiendo a no sentir verguenza por mis emociones. Después de todo, son las emociones las que me hacen humano. 4) Estoy haciendo lo que me hace feliz. Después de todo soy responsable de mi felicidad. 5) Valoro todo lo que tengo, más que lo que anhelo, porque lo que tengo es mío. Mi vida, mi familia, mis amigos».. El correo lo envió Luis Blasco. Foto de «Pinterest».