«Cualquiera que tenga un mínimo de sensatez y capacidad de observar  sin distorsiones ideológicas y partidistas,  sabe bien que en el pasado hubo grandes avances y enormes insuficiencias- Querétaro y Aguascalientes, por un lado, los estados del sureste por del otro-. Los grises del panorama mexicano son palpables por donde uno mira. La pregunta es si para lograr un progreso decidido se requiere destruir todo lo existente o si, por contrario, la receta idónea es corregir el rumbo, construir sobre lo acertado y reparar los errores cometidos». Lo escribe Luis Rubio en «Reforma».