Lugar:
Fuente:
Arquidiócesis de Xalapa

Al Señor Obispo Auxiliar Don José Rafael Palma Capetillo, a los Presbíteros y Diáconos, a las
Consagradas y Consagrados, a los Seminaristas y Formandas, a las Laicas y Laicos de la
Arquidiócesis de Xalapa.
Muy queridos hermanos y hermanas:
El tiempo litúrgico del Adviento nos prepara para celebrar las venidas de Nuestro Señor
Jesucristo, primeramente, en su Encarnación y posteriormente en su Parusía al final de los
tiempos. Durante estos días, estamos invitados a disponernos para este encuentro con Él a través
de la escucha de la Palabra de Dios, la vivencia de los Sacramentos, la práctica de la oración y el
ejercicio de la caridad. El Adviento nos reaviva la esperanza de que el Señor Jesucristo está
cerca, no sólo porque pronto celebraremos su Nacimiento sino también porque nos acompaña en
los diferentes momentos de nuestra vida. Somos una Iglesia Arquidiocesana que, fortalecida por la
gracia divina, vive entre alegrías y tristezas, gozos y esperanzas, y nos encamina a la
contemplación profunda del misterio de la Encarnación del Unigénito de Dios. La ternura de Dios
manifestada en el portal de Belén nos confirma que Dios nos ama infinitamente y quiere nuestra
salvación.
La pandemia del COVID-19 nos ha sorprendido a todos y ha detenido o cambiado el rumbo de
muchas de las acciones pastorales programadas a nivel nacional, provincial, diocesano, decanal,
parroquial y personal. Esta emergencia sanitaria ha golpeado a todos los sectores de la sociedad
y de la Iglesia, engrandeciendo las dificultades que ya padecíamos a nivel social en la economía,
la salud, la educación, la violencia y la inseguridad, provocando dolor, tristeza, angustia e
incertidumbre hacia el futuro.
Nuestra Iglesia Arquidiocesana ha enfrentado esta situación acompañando a los feligreses al
mantener la celebración de la Eucaristía y promover creativamente diversas actividades para
sostener la fe de nuestro pueblo. A pesar de la situación de riesgo y sin ser temerarios, en la
Arquidiócesis de Xalapa hemos mantenido abiertos los templos y ofrecido muchos servicios
pastorales a través de los laicos y laicas, religiosas y religiosos, sacerdotes y obispos en las
parroquias y decanatos. Por medio de la Cáritas diocesana y de las Cáritas parroquiales, se ha
fomentado la generosidad de muchas personas y se ha manifestado el amor de la Iglesia en
ayudas materiales y espirituales a muchos hermanos muy necesitados. Reconocemos los
abundantes y valiosos servicios apostólicos y pastorales de nuestros laicos y laicas en el
acompañamiento y crecimiento espiritual de las comunidades para mantener viva y activa la vida
cristiana de sus miembros.
En virtud de la emergencia sanitaria y el peligro de los inminentes repuntes en los contagios de
Covid-19, será necesario seguir manteniendo los cuidados que nos recomiendan las autoridades
sanitarias en todas nuestras actividades litúrgicas y pastorales. Sin embargo, nuestros templos
seguirán abiertos para que los feligreses tengan la oportunidad de seguir fomentando su
encuentro con Dios a través de la oración personal o familiar en estos espacios sagrados.

Seguiremos transmitiendo la Eucaristía a través de las plataformas digitales para que las
personas vulnerables puedan participar desde su hogar. Pero también seguiremos fomentando la
participación en las celebraciones litúrgicas de manera presencial con los cuidados adecuados y
según la capacidad física de cada templo. Ante esta realidad, me parece conveniente seguir
tocando las campanas de nuestros templos, resaltar nuestras fiestas patronales y devocionales,
así como fomentar las oraciones tradicionales como el Ángelus y el Rosario a través de los
altavoces o de otros medios apreciados por la gente de nuestros pueblos.
En comunión con los Obispos de México (Comunicado CEM 25/11/2020), dada la cercanía de
las celebraciones de Nuestra Señora de Guadalupe, las Posadas y las festividades de la Navidad
y del Año Nuevo, les invitamos a vivirlas con responsabilidad para que no se conviertan en un
peligroso riesgo de contagio. “Como Pastores de la Iglesia nos interesa cuidar la salud de nuestro
pueblo, María Santísima quiere la vida de su pueblo, la salud de sus hijos y no su muerte”. Por
tanto, evitemos las concentraciones masivas para no exponernos a los contagios innecesarios.
Ante estas circunstancias estamos invitados a celebrar estas fiestas en un ambiente familiar, de
tal manera que este año, hagamos de cada hogar “una casita sagrada” “un lugar donde nadie se
siente extraño; un lugar de encuentro, convivencia y cercanía con los seres queridos; un lugar
donde se comparten las experiencias de vida” (PGP 154).
El Señor aumente en nosotros su gracia y nos conceda, por intercesión de Santa María de
Guadalupe, de San Rafael Guízar Valencia y del Beato Ángel Darío Acosta Zurita, cumplir con
alegría su santa voluntad.
Xalapa de la Inmaculada, Ver., 1 de diciembre de 2020.
+ Hipólito Reyes Larios
Arzobispo de Xalapa.
Por mandato del Sr. Arzobispo

 

Foto de elsbet Lenz.