Cosmovisión

Por: Raúl López Gómez

 

Navidad en una nueva realidad

 

Calles vacías, centros y tiendas de consumo sin el movimiento conocido de antes, ahora ya no se dieron las compras de última hora, y la gente entró al orden y la responsabilidad impuesto por una pandemia letal que se tiene la esperanza de que pronto pase con el esfuerzo de todos.

 

Los templos ya no se abarrotaron como antes y unas cuantas personas estuvieron orando por la llegada de la navidad en una nueva época nunca jamás imaginada.

 

Las familias en una convivencia discreta y sin los cierres de calles como se hacía antes con la fiesta de luz y sonido. Nunca antes en mucho tiempo se había visto una navidad con tanta sobriedad.

 

Todos sometidos en su mayoría con mucha responsabilidad a las exigencias del momento de la sana distancia y a reunirse en grupos reducidos de personas, en una cena normal son las bebidas espirituosas, pero sin el alarde de antes de celebrar con mucho alcohol y en la exageración.

 

La naturaleza ha llevado al mundo cristiano a tener una mayor en la fecha de reflexión en el nacimiento de Jesús de Nazaret con un especial énfasis en valorar la vida, la salud y también con la oración por los enfermos a que sanen pronto y por todas las víctimas de un mal contagioso que además de que en algunos momentos de este año 2020 detuvo casi en su totalidad al mundo ha dejado a su paso una estela de muerte, tristeza y desolación.

 

Ante, todo esto sólo la presencia del nacimiento del hijo de Dios, en esta fecha ha sido el bálsamo que ayuda a entender la vulnerabilidad del hombre ante la muerte en una pandemia que no respeta a nadie y que se espera pronto ceda ante la llegada de una vacuna que proteja a la población del mundo ante un mal invisible catastrófico y que deja además un aprendizaje de respeto hacia la propia naturaleza.

 

En la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río, los fuertes vientos del norte con rachas hasta de 120 kilómetros por hora, en un frente frio ciclo que por estos lares en esa dimensión de registra en esta fecha en un promedio de cada diez años.

 

Las bajas temperaturas obligaron a mucha gente a permanecer guarecidos en sus hogares en una cena navideña más cerca y espiritual en donde las luces de lo material y suntuoso se olvidaron por primera vez en mucho tiempo y se dio paso a la unidad, al perdón y a la oración.

 

La gente estoica y con el aprendizaje de la resistencia a un mal desconocido, deposita una esperanzadora vacuna que en México se anuncia se comenzará a aplicar en dos semanas acorde a los programas prestablecidos.

 

Pocos mensajes navideños de los políticos, y sólo unos cuantos personajes que intentan ganar adeptos aparecieron en las redes sociales dando un mensaje de navidad, cuando nunca antes lo han hecho.

 

La población en la víspera de la navidad apenas se dio tiempo para comprar lo elemental para la cena de nochebuena, mientras unos lloraban en el recuerdo a sus seres queridos que partieron al encuentro de Dios y otros haciendo presencia cuidadosa en los hospitales por los familiares que luchan por salvar la vida ante ese mal destructor y maligno de reacciones insospechadas.

 

El agradecimiento a todo el personal de los hospitales públicos y privados que atienden con espero y mucha fortaleza espiritual a los enfermos.

 

También para todos aquellos que dan sus servicios de apoyo a la gente que sigan con lo necesario para subsistir.

 

Así como a las autoridades municipales, estatales y federal en Veracruz y Boca del Río que atendieron con eficiencia a toda una región que sufrió de muchos daños de sus casas y de todo tipo por los fuertes vientos.

 

El reconocimiento a todo el personal de servicios municipales en Boca del Río, que como siempre sin tregua cumplen con todas sus funciones, principalmente en la recolección de basura de los hogares y la limpieza de calles, ahora con el trabajo acumulado no por la fiesta, sino por los estragos que dejó el temporal.

 

A todos nuestros amigos y lectores, muchas felicidades por esta navidad que une, fortalece y anima en el desarrollo espiritual y humano, en donde los cristianos se muestran alertas y firmes en darle la mano al que lo necesita.

 

En la realidad se dieron y se vieron muchos milagros de la navidad de la gente en común, y hasta de algunos servidores públicos que se esmeraron en estar apoyan al pie del cañón en sus lugares de responsabilidad, en sus trincheras de atención a toda la población, en una dura jornada de mal tiempo en estos lares. A todos, un amplio reconocimiento. Así las cosas.