Feliz año 2021

Agustín Basilio de la Vega

El año de la pandemia se termina, pero no así la crisis sanitaria ni económica. El “corona”, como algunos le llaman al coronavirus-19, ha matado a más de 120 mil personas en México ―según las cifras oficiales. Afortunadamente, en todo el mundo empiezan a distribuirse ya las diferentes vacunas que se han desarrollado.

A México han llegado las primeras dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech, desde Bélgica. El inicio de la jornada de vacunación es una buena noticia, pero pasarán muchos meses para que se le aplique a la mayoría de la población, debido a dos aspectos fundamentales: la enorme logística que debe desplegar el gobierno y porque, al estar en la fase 3 de desarrollo, la vacuna no está al alcance de los particulares.

De acuerdo con Ian Jones, profesor de virología de la Universidad de Reading (Inglaterra), durante la fase 3 del desarrollo de una vacuna existe “un riesgo teórico, muy pequeño, pero del cual tenemos que ser conscientes”. Lo anterior es porque al aplicarse en una población considerable se deben estudiar sus resultados para saber si realmente genera inmunidad contra la enfermedad, y no dar una falsa esperanza a la población.

Una vez superada la fase 3 del desarrollo de las vacunas se tendrá la certeza de su efectividad y su seguridad, y se conocerán mejor los efectos secundarios que serán menores. Al lograrse todo esto, la vacuna podrá estar disponible para todos en farmacias, hospitales y centros de salud tanto públicos como privados de todo el mundo.

El año 2021 es el de la esperanza de que las vacunas obtengan sus registros y permisos sanitarios para que después de superar la fase 3 de su desarrollo, el gobierno pueda enfocarse a vacunar a los más desprotegidos y vulnerables, y la sociedad haga su parte contribuyendo a aligerar la carga al gobierno.

El desarrollo de la vacuna se logró gracias a que en los países en que se diseñó, impera la libertad, la competencia y la defensa de la propiedad; de hecho, todos ellos cuentan con una economía de mercado. En esas potencias se alienta y respeta la creatividad y la iniciativa empresarial y ciudadana. Los laboratorios privados que florecen en dichos países captan a los mejores científicos y millonarios capitales para la investigación.

Si ha sido exitosa la carrera para crear la vacuna en el 2020, en el 2021 debiera ser exitosa también su distribución, pero para ello, el gobierno debe facilitar y no estorbar la fuerza natural de la sociedad para construir el bien común. El Estado debe permitir que las personas, las empresas y la sociedad organizada acceda también por su cuenta a las vacunas cuando eso sea posible.

En la historia hay muchos ejemplos de la incompetencia del Estado para resolver los problemas de la sociedad, cuando quiere acaparar o monopolizar su solución. Por ello, Carlos Castillo Peraza sentenció que la burocracia es “el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil.”.

La subsidiariedad es un principio fundamental de la Doctrina Social de la Iglesia que el gobierno debería aplicar: “Tanta sociedad como sea posible y sólo el estado que sea necesario”. En otras palabras, el estado debe actuar durante la fase 3 del desarrollo de las vacunas distribuyéndola inmediatamente y, posteriormente, cuando sea posible, deberá alentar a toda persona o empresa que quiera y pueda participar en esa titánica tarea.

A todos mis amigos y lectores les deseo que el año 2021 sea un año de esperanza, vacuna y felicidad.

Twitter @basiliodelavega                            28 de diciembre de 2020