No lo es todo la persona, el programa también importa.
Agustín Basilio de la Vega
Conforme avanza el proceso electoral se van conociendo los nombres de los posibles candidatos. Sin duda, por ser los protagonistas, muchos pasan por alto los programas o propuestas que abanderan. Analizar las cualidades de las personas es sólo una parte del quehacer de los electores para decidir bien el voto.
Pongamos un ejemplo, un carpintero puede ser honrado y cumplidor, pero no presenta un buen proyecto de cocina integral pues carece de los conocimientos pertinentes; también puede ocurrir lo mismo con un fontanero al que le falta preparación. Exageremos más, un carnicero puede ser un experto en cortes y buena persona, pero su idea para extraerme una muela no es la adecuada.
Resulta que en política es similar: un académico o empresario exitoso no necesariamente hace bien la cosa pública debido a que el programa de su partido o grupo es contrario al desarrollo social, económico y político. Las propuestas son fundamentales e impactan más de lo que se piensa, por eso es necesario revisarlas. Esto podría ser así:
En primer lugar debemos analizar la propuesta electoral y ver cuál es su idea de la dignidad humana. Dentro de este contexto es necesario entender que la protección del medio ambiente, a través de un desarrollo sustentable y el uso de energías limpias, es requisito fundamental para proteger la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Asimismo, evitar los monopolios estatales y la concentración de poder del presidente son claves para la democracia y los pesos y contrapesos de la república. De esta forma se garantiza el bien común y no únicamente el de una parte de la población.
Es necesario mejorar y perfeccionar los programas a favor de personas vulnerables, por medio de reglas de operación subsidiarias para evitar el desperdicio de recursos y ofrecer verdaderas oportunidades de desarrollo a las personas, de modo que puedan valerse por sí mismas y no sean permanentes dependientes económicos del estado populista.
Defender el imperio de la ley, particularmente de la constitución, evitará que demagogos, en nombre del pueblo, generen inestabilidad y desconfianza a los inversionistas que son quienes generan trabajo y pagan impuestos. Es importante recalcar que el estado de derecho debe estar por encima de los deseos de cualquier presidente.
Las decisiones del gobierno deben ser solidarias y con fundamento en la técnica, y no ser simples caprichos o ideas del máximo líder por muy bien intencionadas que sean. Muchas cabezas piensan mejor que una, y más si son conocedoras de los temas. Las ocurrencias de los populistas sólo han empobrecido a sus naciones.
Todos los proyectos deben reunir los estudios técnicos, económicos, sociales, legales y ambientales; de nada sirve tener “ideas” si no son realistas. La impaciencia al realizar obras y programas hacen que éstas lleguen a tener sobreprecio y muchas veces sean inoperantes. Los “elefantes blancos” son obras mal planeadas.
Los gobiernos deben ser abiertos y mantener el diálogo con los actores y expertos en la materia: empresarios, científicos, especialistas, etc. Calificar a todos de adversarios no sólo divide a los actores sino que priva al estado de opiniones inteligentes.
Los presupuestos, programas y acciones del gobierno deben ser transparentes, y la rendición de cuentas ayuda a que los ciudadanos verifiquen que sus impuestos estén bien administrados y orientados al bien común. Ocultar la compra de vacunas o de obras monumentales es criminal.
Usar de manera clientelar los programas de ayuda para que millones de mexicanos voten por el partido en el poder ha sido un error grave que debe de terminar, por ello es necesario que se fortalezcan los organismos autónomos que evitan la discrecionalidad.
Los impuestos deben usarse de manera racional y se debe buscar que todos paguen proporcionalmente.
De nada sirve tener un buen candidato si su programa y partido es populista y destructivo. Analicemos las “letras chiquitas” de las coaliciones y partidos mexicanos además de sus candidatos.
Twitter: @basiliodelavega 8 de febrero de 2021