Orgullo y Respeto

 

Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo

 

Junio es el mes donde la comunidad LGTBQ+ celebra el “Pride”, lo orgullosos que están de SER. Y nos enseñan sobre todo el amor propio. Ese que a los del otro bando se nos ha olvidado un poco. Y hay que reconocerlo e incluso pedirles, que nos sigan dando testimonio de cómo lo llevan a cabo, a ver si lo aprendemos un poco. Si se pueden amar tanto, usted cree que no pueden amar realmente a una pareja. Es tan simple. En la viña del señor hay de todo. Gente buena y mala, promiscua y recatada, liberal y persignada. Y la viña del señor está compuesta por TODOS, sin clasificaciones. Y eso nos da equilibrio. Lo importante repito es el amor y el respeto. Cuantas personas de la comunidad LGTBQ+ sueñan con la palabra matrimonio y cuantos heterosexuales van por la vida firmando actas sin amor. Cuanta ironía y también cuanto egoísmo, porque, como practico “la normalidad”, si puedo equivocarme, firmar y divorciarme cuantas veces quiera, dejar hijos regados por el mundo, engendrarlos en noches locas de lujuria sin un gramo de responsabilidad, no hacerme cargo de ellos, formar dos o tres familias diferentes, ser promiscuo y ser feliz, sin tanto drama. Mundo de locos.

 

“Entre los individuos como en las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” es un apotegma, del político liberal Benito Juárez. Y creo que es la base fundamental de la vida social en armonía. Cómo puedo querer convivir con alguien más, si no acepto que éste, no tiene porque pensar, amar, sentir, creer, soñar, en una palabra VIVIR, igual que yo. Cómo quiero poder imponer solo mis ideas sin empatizar con las de otro, sin ni si quiera conocerlas, tratar de entenderlas y aprender de ellas. ¿Por qué nos cerramos en nuestros dichos sin dar cabida a pensamientos de amor? No se supone que debemos amar a nuestro prójimo igual que a nosotros mismos. Mentira. Nos ponemos caretas. Estamos a años luz de eso. Perdone “su merced” la expresión, pero: bullshit!!! Disculpe (nuevamente) el exabrupto de rabia. Es muy, muy triste que nos odiemos tanto los unos a los otros. Que no podamos abrirnos a la pluralidad, al catálogo de opciones que la vida nos presenta y nos aferremos solo a una postura tan radical como lo es, que solo un hombre y una mujer pueden formalizar una relación, tener una familia, amarse.

 

Entonces junto a la palabra respeto, debe ir otra: derecho, igualito que en la frase de Juárez. Todos nos merecemos respeto y todos tenemos derecho, y éstos al ejercerlos con responsabilidad, se vuelven progresivos. Me detengo a puntualizar, que no solo toca exigir, también es necesario demostrar porque “merezco”. Por favor, que no empiecen los gritos y sombrerazos diciendo que el heterosexual se ha ganado todo por default, porque tampoco es así. Las minorías han estado en lucha constante a través de la historia de la humanidad. Vivimos en un mundo de leyes y reglas, lo que pasa es que a veces, están tan dadas por hecho, que pensamos que no están ahí. Pero igual nos atañen, las debemos acatar y debemos ser responsables. Si a Juanito le gusta Marianita, a Pedrito le gusta José o a María le gusta Nora. Eso está bien. Porque nadie es dueño de la verdad y nadie es perfecto. Lo que sí es que todos merecemos amor, amor del bueno. Y para tener amor, también hay que tener respeto, es la pieza clave para vivir en paz y armonía. Todos podemos y debemos sentirnos orgullosos de lo que somos, nadie debe vivir escondiendose y mucho menos dando explicaciones, aunado a esto, nadiel, absolutamente nadie es juez de otro, por lo tanto qué mas da lo que le guste o no a cada quién. Lo unico que importa es sabernos respetar y amar.

 

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