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Milenio

Jesús Hernández es sinónimo de orgullo y entrega, pues ha levantado el nombre de México en varias ocasiones, pero en el Mundial de Para Natación no pudo subir al podio por su condición física.

ZELTZIN ZAMORA MEZA

Imagínense que un día Raúl Jiménez ganara la Premier League, pero que una enfermedad hubiera impedido recoger la medalla de campeón, todos estaríamos al pendiente de su evolución. Pues este es el caso de Jesús Hernández, un nadador mexicano que ganó la presea de bronce en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 ahora el oro en Tokio 2020.

El deportista de la delegación mexicana no pudo subir al podio para recibir su medalla de bronce en la prueba de los 200 metros libres en el Campeonato Mundial de Para Natación celebrado en la Ciudad de México en diciembre de 2017, luego de que le dieran espasmos previos y durante la competencia, por lo cual tuvo que ser atendido.

«En los 200 metros libres yo tenía la orden del profesor y del doctor de no participar, pero yo platiqué con ellos y les insistí que me dieran permiso, porque para mí es muy importante competir por mi país y representarlos con todo orgullo. Me dio una pena que no haya podido recoger mi medalla en los 200 metros libres, es una tristeza no haber pasado por mi medalla, porque es el sueño del deportista», comentó Hernández para La Afición.

Este síntoma vino antes de la prueba de los 200 metros libres, pues un día antes tuvo que ser retirado en camilla, porque lo mismo le había sucedido durante los 50 metros libres, motivo por el cual no podía estar en la competencia donde ganaría la presea de bronce para México.

«Me sentí mal desde un día mal, con espasmos, donde me tuvieron que sacar en camilla después de la competencia», agregó.

Sin embargó, las contracciones no son algo que solo le haya sucedido en esta competencia, sino que el día que ganó el tercer lugar en los 50 metros dorso, en sus primeros Juegos Olímpicos, los de Río 2016, Jesús se olvidó del malestar físico y solo pensaba en poner el alto el nombre de su país en la máxima justa deportiva.

«En la prueba salgo, me comienzan a dar los espasmos, por el estrés que tenía en ese momento, me fui quedando atrás; los primeros 25 metros yo estaba en sexto lugar, algo que para los otros 25 me iba a tronar, porque era difícil recuperar, pero en un abrir y cerrar de ojos soy el tercer lugar, medalla de bronce«, recordó con gran satisfacción.

En aquella prueba, Hernández pudo superar a su ídolo, a quien nunca había vencido en las competencias, a su compatriota Juan Ignacio Reyes, un nadador que lo inspiró a entrar en esta disciplina.