Al estilo Mathey

  • Gracias Homero Guerrero Alvarado

Gustavo Cadena Mathey

Buen día apreciado lector:

Había ingresado al Diario de Xalapa como corrector de pruebas, tarea que consiste en revisar que esté bien escrito lo que se va a publicar.

Fue en el 76 y como en la Redacción la mesa de los correctores estaba frente al escritorio del jefe de la Sección Deportiva, un moreno atlético de pelo chino, tipo cubano llamado Homero Guerrero Alvarado, muy querido en el medio por su enorme esfuerzo para informar y promover los deportes en Xalapa y todo el estado. Las hemerotecas registran su obra.

En Xalapa los deportes siempre han sido una pasión y a Homero le fascinaba el béisbol, era lo que más destacaba sin descuidar el resto.

Siempre pendiente de los resultados, reporteando personalmente en el Parque Colón, llevando “la tirilla” del partido o por noticieros de radio, pero casi nunca le alcanzaba el tiempo para cerrar la edición satisfactoriamente; a pesar de que se le veía tecleando su máquina apresuradamente y a gran velocidad, con lo que se unía al mágico sonido que embrujaba el ambiente de trabajo en ese subterráneo xalapeño que fue siempre la Redacción del Diario de Xalapa, antes de las computadoras.

A pesar de sus apuraciones, escuchaba las charlas con las que el nuevo corrector, flaco y narizón, de aspecto árabe, presumía a sus colegas de cuando iba a las cuatro de la tarde a la terminal del ADO en Acayucan, a esperar  el diario deportivo Esto, para estar al día.

Homero empezó a interesarse y a cuestionarlo para estar seguro de lo que pensaba proponer a don Rubén. No pasó mucho cuando una tarde, al bajar el Director a la Redacción, lo abordó:

-Señor, los asuntos deportivos están creciendo en Xalapa y si queremos mantener el interés y la primacía de los lectores, le ruego nos autorice más espacio y un reportero que me apoye, ese  puede ser Cadena Mathey el corrector, sabe, está enterado, lo he observado hace días. Sorprendido, pero accesible el dueño del periódico y ex alcalde de Xalapa lo interrogó:

-¿estás seguro, sabe redactar?

-Eso no lo se, pero estoy seguro que aprenderá de inmediato.

De frente a ambos y totalmente impresionado casi me desmayo cuando don Rubén me cuestiona, “¿tú quieres ser reportero?”, ¡sí señor!, respondí sin dudar.

De esta manera junto a su escritorio que ocupaba Benjamín Domínguez Olmos, -que me heredó al separarse del medio al que entregó gran parte de su vida- inicié grandes jornadas de trabajo al lado de Homero. De él aprendí disciplina, entrega y amor al periódico.

En esa sección deportiva gracias a Homero, entre otras cosas escribí “Desde las Tribunas”, de temas del día; hice la primera entrevista de mi vida como reportero y fue al futbolista uruguayo Roberto Matosas; “parrandié” una tarde con “el Púas Rubén Olivares” que impulsado por su promotor acá, Julián González Lendechy, vino a “referiar” a la Arena Xalapa, de Doña Anita.

Cubrí futbol de la tercera división y los partidos y viajé por el país con el DUX de Godo Forzán y en 1977, el VI Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo, donde traté y me hice amigo del famosísimo campeón olímpico de los 400 y 800 de pista, en Montreal 76, el cubano Alberto Juantorena, luego de hacerlo enojar con mis preguntas, tras perder aquí su invicto ante el jamaicano Seymor Newman.

 Así, gracias al ejemplar promotor del deporte Homero Guerrero Alvarado por ese invaluable empujón en mi vida. Mi gratitud eterna, él ya debe estar en el paraíso.

Tenga el lector paz y armonía en su hogar. Cuide el agua y las plantas.

gustavocadenamathey@nullgmail.com