«Creo la felicidad huele a calor de hogar, a abrazo de padre, a sonrisa de madre, a confidencia de hermano, a comida de la abuela, a preguntas de hijo, a sonrisa de amigo, a bienestar de los que amas. También a brisa del mar, a colores de la tarde, a hojarasca de bosque, a descanso en la noche, a techo propio sobre la cabeza. La felicidad huele a muchas cosas cotidianas que ignoramos con prisa, porque se volvieron costumbre, porque estamos tan seguros de ellas que no volvieron a importar». De la autoría de Juan Pelb, nos envió el correo Pedro Yunes. Foto de Amazon.