Las crónicas cuentan que en los años treinta, a un costado de las escalinatas del Parque Juárez, había un puesto semifijo conocido como «los pabellones de doña Gloria». Ahí vendían una preparación de plátano machucado, al cual encima le ponían hielo, leche y jarabe de cereza, con un costo de cinco centavos. El cliente tenía que comerlo ahí mismo, ya que se servían en vasos de cristal al no existir aún los desechables. El hijo de doña Gloria, Agustín Mendiza, llegó a ser magistrado del TSJ. Lo publican en «Xalapa Antiguo, análisis y opinión». Foto de Andy Raid.