Infidelidades y doble moral patriarcal.
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo.

Esta semana nos enteramos de una noticia que fue bastante viral y que tiene que ver con el show bussines. Sí… discúlpeme usted, pero esta semana voy a tocar un tema faradulero, que tiene un trasfondo social importante. Así que por favor, lea hasta el final.
Tristán Thompson (basquetbolista profesional) ofreció disculpas, por medio de la red social de Instagram, a la más pequeña de las hermanas Kardashian, ya que una prueba de paternidad puso al descubierto la infidelidad que nuevamente llevó a cabo mientras sostenía una relación con Khloe, con la que también procreo una pequeña, que al día de hoy tiene tres años.
En su perfil de la ya citada red social, pidió perdón y por supuesto, trato de auto humillarse un poco, con tal de, según él, resarcir los daños morales.
No es por nada, pero Khloe es guapísima, a mi gusto, la más guapa de las tres hermanas, mujer sumamente disciplinada, divertida, inteligente, un estuche de monerías. Pero parece que su autoestima anda por los suelos, ya que este señor, no solo le ha sido infiel una vez, no señores, ya le vamos contando tres con esta. Pero también debemos reconocer, que esta familia, que ha vendido su vida a través del concepto de reality show, durante 12 temporadas ha estado en el ojo del huracán, y a sus seguidores, no les avientan, más que puros malos ejemplos, pues de posiciones machistas y escrupulosas, las hermanas se han visto como campeonas olímpicas, y con medalla de oro, ya que, en su momento, cuando el señor Thompson, engañó a Khloe con la mejor amiga de su media hermana Kylie Jenner, la señorita Jordyn Woods, lo que el clan Kardashian hizo fue, sacar de la jugada a la chica y poner su reputación por los suelos, mientras concedía perdón al basquetbolista, el cual no aprendió la lección y siguió luciéndose en videos expuestos a los medios donde se le vio más de una vez, con otras mujeres en fiestas y hoteles, en conductas amorosas, sin escatimar que incluso, Khloe enfrentaba el embarazo de su hija en común: Dream.
Pero le otorgaron una y otra y otra oportunidad, y como siempre pasa, lo único que se provocó fue que el lodacero se volviera más grande. Y es que el discurso patriarcal y la doble moral esta hasta “en estas acaudaladas familias hollywoodenses” en donde mujeres que económicamente no necesitan nada de un varón, forzosamente quieren jugar el papel, de “señoras” madres de familia, heroínas y mártires en pro de la unión familiar, el cuento de hadas y el amor, donde, por supuesto brujas escabrosas, hacen que su príncipe, tenga deslices, por lo que tienen que desecharlas y colocarlas a distancia de estos, para que no se vean tentados ante tales situaciones.
Terrible e irritante.
Ejemplos asquerosos de relaciones tóxicas y dependientes, donde no se hacen los juicios adecuados a las personas correctas, y lo único que se desencadena es seguir clavado en narrativas convenientes dentro del discurso machista que por siglos nos han enseñado.
No, no y no. Este chisme farandulero lo único que nos tiene que dejar bien claro es: que las segundas, terceras o decimo quintas oportunidades no son correctas. Que la infidelidad es un tema delicadísimo dentro de una pareja y que cuando entra en una relación, el que comete el error tiene que trabajar mucho en su propia persona para no seguir dañando, y que las co dependencias adornadas con la bandera familiar, solo detonan integrantes de ese núcleo que crecerán con patrones de conducta erróneos y enfermos.
Yo sé que no se fácil, porque nos han construido con paradigmas equivocados, pero se trata de mucho amor propio, solo de eso, de quererse mucho y saber decir a tiempo “no más”.

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