Política incorrecta
 
Una buena explicación de lo que pasa en Ucrania
Alfredo Campos Villeda, que ocupa un puesto de dirección en Milenio Diario, también tiene una columna en ese medio que se publica dos o tres veces a la semana (‘Fusilerías’). Es un periodista columnista muy sintético (firma como Alfredo C. Villeda), muy claro en la forma en la que expone sus ideas, está bien informado y documentado, en pocas palabras me agrada su estilo periodístico. El viernes publicó la que considero es la mejor explicación de lo que sucede en Ucrania. Va un extracto.
«Siempre con base en su tesis de que la política global es una prisionera de la geografía, el escritor Tim Marshall adelantaba en 2015 que ésta tuvo su revancha después del colapso soviético con la representación de una foto más lógica del mapa de esa región, en la que montañas, ríos, lagos y mares delimitaron dónde vivía la gente de las quince repúblicas resultantes, separada cada una a partir de diferentes lenguas y costumbres».
Continúa su explicación Alfredo.
«A partir de esa nueva distribución, el autor divide en tres al grupo de nuevos jugadores: los neutrales, los decididamente aliados de Rusia y los pro occidentales. Los primeros son Uzbekistán, Azerbaiyán y Turkmenistán, que no tienen necesidad alguna de asociaciones, porque producen su propia energía y están firmes en seguridad y comercio.
Los pro rusos son Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Bielorrusia y Armenia, debido a que su economía está ligada completamente a Moscú, además de que conforman un colectivo militar de seguridad tipo pequeño Pacto de Varsovia, aquel acuerdo militar antagónico de la OTAN en la guerra fría que murió junto con la Unión Soviética».
Agrega, Alfredo:
Finalmente están los países pro occidentales que hoy son parte de la OTAN algunos y de la Unión Europea otros, además, sí, de Ucrania. A la pregunta de si ese país podría tener una base naval del Tratado del Atlántico Norte algún día, Marshall responde que es imposible, porque es la línea roja a la que Putin no está dispuesto. Recordemos que este libro, Prisioners of Geography (Elliott and Thompson Limited), se publicó en 2015.
El autor recuerda que Crimea fue parte de Rusia durante dos siglos antes de ser transferida a Ucrania, entonces república soviética, por Nikita Jruschov en 1954, cuando esos líderes pensaban que la URSS sería eterna y siempre estaría regida por Moscú. Con no menos ceguera, Estados Unidos y Europa preveían sumar a Kiev sin considerar que la geopolítica todavía existe en el siglo XXI, quizá más que nunca, y que el oso, símbolo ruso, difícilmente sigue las reglas del juego.
Y concluye, el fusilero.
«Debieran saber además que ‘oso’ es una palabra que ni los mismos rusos suelen usar para no invocar su lado oscuro, por lo que prefieren llamarlo medvev, es decir, ‘al que le gusta la miel’. Y ahora lo han despertado.

Entre otras cosas, situaciones y circunstancias geopolíticas, que me parece tienen un peso específico en el conflicto ruso ucraniano, agregaría a lo dicho por Alfredo que no hay que olvidar que Rusia está gobernado por un tirano, léase dictador o autócrata, que tiene sueños de revivir el imperio ruso soviético de años atrás, antes del fin de la historia.