Olor a mantequilla, y una fachada agradable, El Forno te invita a pasar por una pieza de pan mientras caminas por las calles empedradas del centro de Xalapa. El local recién inaugurado tiene detrás el sueño de Fernanda, quien a los 19 años es dueña de su propia panadería.
El 24 de marzo El Forno abrió sus puertas, ubicada en la calle Morelos número 40, donde aparte del pan, postres y estética arquitectónica, lo que más destaca es quién lleva la batuta del negocio, una joven que pausó la carrera en Enfermería para emprender su propio negocio.
María Fernanda Bretón, oriunda de Coatepec, tenía esta idea en mente desde principios de la pandemia, en 2020, pues, empezó a realizar postres y venderlos a través de sus redes sociales bajo el usuario @_eltrigo.
«Todo surgió en 2020, en la pandemia, cuando decidí abrir un perfil en instagram de postres y repostería… Yo nunca me imaginé tanto impacto, tanto cliente», narra Fernanda.
Con un pequeño horno eléctrico y con la esperanza de generar su propio dinero comenzó el negocio. Sin esperar tanta respuesta favorable por parte de sus clientes, poco a poco necesitó un lugar más grande para realizar sus pedidos, y este deseo de emprender un negocio más grande quedó en el aire pues no podía costear la renta de un espacio.
Platicando con su madre, la idea fue tomando forma. Aunado a esto, la joven conoció a un panadero, con quien formó una amistad buscando tutela en la materia de la producción panadera. Menciona que, para octubre de 2020 alzó pedido de pan de muerto, el cual se vendió, literalmente “como pan caliente.”
Próxima a entrar a la universidad, Fernanda sabía que la carrera de Enfermería le demandaría mucho tiempo, por lo que no podría seguir con su negocio.
Los estudios fueron una decepción. El avance académico era rezagado con las clases y Fernanda, al igual que otros compañeros decidieron tomarse un tiempo de la carrera hasta que estas regresaran de manera totalmente presencial para poder realizar sus prácticas.
Fernanda solo necesitó un empujón y el apoyo financiero de su madre para poder cumplir su sueño de darle un espacio físico a su proyecto de panadería, el cual bautizó como El Forno.
Con una muy buena aceptación en la Ciudad de las Flores, la panadería va en viento en popa, de acuerdo a la joven Bretón, que relata que su producción diaria se les termina antes de terminar su jornada laboral.
Además del apoyo de su madre, cuenta con una pequeña plantilla de trabajadores, donde se encuentra el panadero que la introdujo en la materia de los leudantes y las harinas, además de tres jóvenes de su edad.
Con 19 años, la joven no descarta regresar a sus estudios para convertirse en enfermera, pero mientras, ocupa su tiempo al frente de su propia panadería en la que ya emplea a cuatro personas.
«Es muy raro, como que no me la creo, fue muy de un día para otro, mi mamá me dijo busca local, sí, busca insumos, sí…»