Con la resurreción y ascención al cielo de Jesús de Nazareth concluyeron las actividades del Sábado de Gloria como parte de la 179 Representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.

En el Jardín Cuitláhuac conocido como la Macroplaza, se llevó a cabo la escenificación de los pasajes bíblicos en los que Jesucristo se encontraba en la tumba cubierta con una enorme piedra que fue quitada de una manera milagrosa tras un estruendo ante la mirada atónita de los soldados romanos que la resguardaban.

Al lugar llegó María, la madre de Jesús quien desconsolada por la muerte de su hijo, iba acompañada de las mujeres que buscaban ungir el cuerpo de su maestro, pero al intentar hacerlo, se percatan que el cadáver ya no estaba en el sepulcro.

Porqué buscan a los vivos entre los muertos, Jesús no está ahí», se escucha una voz que les dice.

Mientras los discípulos planean irse del lugar, pues su vida también corría peligro, las mujeres llegan confundidas aún por lo que acaban de presenciar pero les informan que se ha cumplido lo que Jesús les había prometido: «Al tercer día resucitaría».

Sin embargo, el discípulo Tomás quien se mostraba incrédulo pide ver a Jesús y tocar sus heridas, ante ello, el maestro se aparece para disipar las dudas y les pide creer.

Tu has creído Tomás, porque me has visto, pero bienaventurados los que no me han visto y han creído», expresa Jesucristo.

El hijo de Dios les pide a sus discípulos que vayan y prediquen el evangelio y que no teman pues les asegura que estará con ellos siempre.

Finalmente Jesucristo es elevado al cielo ante la mirada de sus discípulos.