El IMSS echará a andar ELSSA, un proyecto con el que busca involucrar más a las empresas en la prevención de enfermedades y riesgos de trabajo que inciden en el nivel de incapacidades temporales que se registra en el país, el cuál no se ha logrado reducir en dos décadas.
A pesar de diversas estrategias, el ausentismo laboral provocado por enfermedades y riesgos de trabajo no ha logrado reducirse en 20 años, reconoce el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En buena medida, esto se debe a que las acciones se han enfocado en diagnosticar y atender los padecimientos, no en prevenirlos.
Las memorias estadísticas del Instituto muestran que desde el 2000 el número de certificados de incapacidad temporal por riesgo de trabajo no ha presentado una reducción considerable, salvo entre 2003 y 2005. Pero en los últimos 20 años, el ausentismo por enfermedades y accidentes de trabajo se ha mantenido sin variación; el último dato disponible indica que hasta ahora se expide un número similar de incapacidades temporales al nivel observado hace dos décadas.
“La pandemia evidenció algo que ya veníamos observando: nuestra fuerza de trabajo tiene algunos indicadores de salud no muy buenos y hay áreas muy importantes de oportunidad para mejorar. Estas condiciones de salud tienen que ver con los problemas de productividad que tienen las empresas en México”, señala en entrevista Mauricio Hernández, director de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS.
El funcionario considera que en los últimos 20 años las estrategias adoptadas en materia de seguridad y salud en el trabajo han carecido de “una focalización en los problemas”.
El IMSS estima que para el primer semestre de 2022 el número de incapacidades temporales será de 1.5 millones, poco más del doble de las expedidas en el mismo periodo de 2021, esto se explica en buena parte al impacto de la pandemia de Covid-19.
Desde la óptica de Hosanna Rodríguez, presidenta de la Federación Nacional de Salud en el Trabajo (Fenastac), la prevención en temas de seguridad y salud en los centros laborales abarca muy poco de todo el universo de riesgos al que se enfrentan los colaboradores.
Aunque se conoce a la población trabajadora en riesgo, no hay acciones concretas para atenderla y prevenir enfermedades y accidentes, apunta la especialista. Más de 10 millones de personas trabajadoras afiliadas al IMSS tienen alguna condición de vulnerabilidad.
Además de esto, la presidenta de Fenastac opina que la prevención no ha recibido la importancia desde la alta dirección porque es difícil percibir el retorno de la inversión. «Tenemos que buscar indicadores como el ausentismo o presentismo que nos muestran en dónde podemos incidir con la prevención».
En 2020, el último dato disponible del IMSS, las personas trabajadoras que tuvieron una incapacidad temporal para el trabajo (ITT) se ausentaron en promedio 31 días en el año. Las ausencias por riesgos laborales representaron erogaciones por 3,285 millones de pesos para el Instituto.
ELSSA, la receta a prueba
Para atender esta situación y avanzar hacia una cultura más amplia en los centros de trabajo, el IMSS lanzará el programa Entornos Laborales Seguros y Saludables (ELSSA) con el objetivo de mejorar la salud de las personas trabajadoras, incorporando a los empleadores de una manera más activa en la prevención, lo que ayudará a incrementar los niveles de productividad en las organizaciones.
“Hemos estado concentrados en la enfermedad (diagnóstico temprano y control) y no en la prevención”, reconoce el instituto en una presentación de ELSSA.
Mauricio Hernández explica que el programa ofrecerá diversos recursos a las empresas para transformar los centros de trabajo en espacios saludables, como acceso a instalaciones deportivas, asesoría para el cumplimiento de la NOM-035 de factores de riesgo psicosocial, apoyo para construir organizaciones con diversidad, acciones de prevención de accidentes laborales, capacitación, vigilancia de salud en el trabajo e información para promover espacios con salud y bienestar, entre otras herramientas.
“Antes nos centrábamos en las personas y trabajamos con las personas; por ejemplo, les decíamos que tenían el azúcar alto y que tenían que cambiar. En este caso, con ELSSA estamos abarcando a todos los y las trabajadoras. Es un cambio para romper las barreras y no responsabilizar a los trabajadores, sino propiciar que el ambiente laboral se convierta en un factor de cambio”, expone el funcionario.
Hosanna Rodríguez califica a ELSSA como un programa ambicioso. Entre sus puntos positivos se encuentra la estructura que le permitirá a las organizaciones avanzar por niveles de intervención. Desde el punto de vista de la especialista, es necesario fortalecer estos vínculos entre empleadores y gobierno.
Incentivos para la prevención
Además de las ganancias en productividad, el nuevo programa del IMSS ayudará a las empresas a mantener primas de riesgo bajas al reducir sus accidentes de trabajo. También el Instituto prevé la entrega anual de premios o distintivos a las compañías adheridas a ELSSA.
La OIT señala que las culturas sólidas de seguridad y salud en el trabajo incorporan a todos los actores —gobierno, empresas y empleados— para la implementación de estrategias para mejorar las condiciones en los espacios laborales.
“En un lugar de trabajo con una cultura de seguridad y salud en el trabajo sólida, los trabajadores se sienten cómodos planteando sus preocupaciones sobre posibles riesgos o peligros para la seguridad y salud en el lugar de trabajo y la dirección colabora activamente con los trabajadores para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles”, destacó el organismo en el marco del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo 2022.
Mauricio Hernández expone que el IMSS se encuentra en diálogo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para vincular el programa con la estrategia de autocumplimiento de la dependencia. “Estamos muy esperanzados en que la Secretaría del Trabajo tome ELSSA como parte de los esquemas de autoverificación de las empresas”.