Los retos que enfrentan los agricultores requieren de tecnología de maquinarias, digital, en agroinsumos que beneficien a la producción de alimentos.
El efecto de la pandemia afectó las cadenas de suministro a nivel global, muchas plantas en el mundo pararon operaciones, otras operaron a mediana capacidad y además, repercutió en el proceso logístico y eso generó escasez de algunos productos agroquímicos que se usan en la agricultura en algunos países que son proveedores de México, así lo comentó Nery Echeverría, director comercial de Bayer México en entrevista con El Economista.
“Algunos tipos de fertilizantes se han incrementado en términos reales, el doble y otros hasta el triple en comparación con el mismo lapso del año pasado. Las principales causas son las elevadas alzas en los precios en el gas natural, es el caso de los fertilizantes nitrogenados, donde el 80% del costo depende del energético y a ello, se le suma la incertidumbre y volatilidad en los commodities, la pandemia y la situación actual en Ucrania, dichos elementos han ocasionado el alza en los precios de los insumos agroquímicos como fertilizantes”, dijo.
¿Qué tiene que ver la guerra con el campo?
Rusia y Ucrania producen más del 30% de los fertilizantes nitrogenados a nivel mundial, cuando tienes a dos países, uno prácticamente conviviendo una guerra y otro con algunas restricciones importantes que han emitido países como: Estados Unidos, la Unión Europea, entre otros, en contra de Rusia, lo que pone en jaque a la producción.
China produce cerca del 25-26% de la producción global de fertilizantes nitrogenados y también otros países como Egipto, sin embargo, la escasez y la demanda elevan el costo de un insumo fundamental para la producción de granos básicos y pone en jaque a toda la agricultura”, dijo Echeverría.
Adicionalmente, Ucrania es el cuarto exportador mundial de trigo y maíz, “la guerra pone con serias dudas si van poder sembrar maíz en abril y mayo, la ventana de siembra más importante, y pone un reto al resto de los países como Egipto, que han puesto algunas de las restricciones a la exportación. Cuando juntas todo esto, eso se ve reflejado en México, porque nosotros importamos trigo, maíz, soya, y ya los precios de los commodities son altos, que repercute directamente en el precio de los alimentos, como la tortilla”.
El sector
En términos generales, el sector agropecuario en México en los últimos años ha sido un sector que ha venido en crecimiento, especialmente en cultivos de exportación, tales como: hortalizas, berries, aguacate, que se refleja en el superávit comercial en la balanza agropecuaria de casi 13,000 millones de dólares.
“Los cultivos especializados de exportación han crecido, sin embargo, en la producción de los granos básicos no hemos crecido al mismo ritmo, por el contrario, nuestra dependencia de importaciones se ha venido incrementando.
“Las perspectivas se ven positivas pero el impacto de la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania genera incertidumbre y/o desbalance en los precios de algunos insumos claves como los fertilizantes, los combustibles y esa situación pone a los agricultores con más reservas en las decisiones de en qué tanto invertir y en cómo hacer un mejor uso de los recursos que tiene para su inversión”.
Tendencias
Nery Echeverría consideró que una tendencia muy importante es la digitalización de la agricultura, desde hace tres años y las perspectivas marcan avances relevantes en los próximos cinco años que revolucionaran la forma de hacer agricultura en México y en el mundo.
“En otros países está creciendo el uso de las herramientas digitales enfocadas a la agricultura de precisión, donde pones la cantidad de semilla, de fertilizante y plaguicidas que en realidad necesita la planta”.
Otra tendencia es hacia la certificación, cada vez más, los países a los que exportamos (Estados Unidos, Japón, Canadá, la Unión Europa) exigen más certificaciones a los países productores.
Consideró que el consumo de productos orgánicos ha crecido, no a niveles como se pensaba, pero continuará la demanda en los años venideros.
“Contamos con tres grandes unidades de productos: semillas, protección de cultivos, que incluye productos agroquímicos y productos biológicos y la agricultura digital. Desde hace una década en Bayer tomamos la decisión estratégica, de movernos hacia productos mas amigables con el medioambiente y hacia la investigación”, concluyó Nery Echeverría.
patricia.ortega@nulleleconomista.mx
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