La alianza gana

Agustín Basilio de la Vega

A propósito del Día de la Liberación o de la Victoria en Europa, vale la pena recordar que la Segunda Guerra Mundial inició propiamente con el acuerdo en secreto entre la Alemania de Hitler y la extinta URSS de Stalin para invadir y repartirse Polonia así como otros países, en el año de 1939. Los ministros Ribbentrop y Molotov formularon, redactaron y firmaron un “Pacto de no agresión germano-soviético”, que incluía un protocolo para dividirse entre ellos zonas de influencia: para los nazis, la parte occidental de Polonia y Lituania, y para los comunistas, Finlandia, Estonia, Letonia y el remanente de Polonia.

No obstante que este tratado duraría 10 años, en 1941 Hitler lanzó la “Operación Barbarroja” con el objeto de conquistar Moscú, lo que provocó el choque entre las dos dictaduras. En 1945, los aliados (Estados Unidos y Gran Bretaña, principalmente) junto con la URSS, derrotaron a los nazis.

El 7 de mayo de 1945 en Reims, Francia, el general Jodl firmó la rendición incondicional de Alemania ante los representantes occidentales, y el día 8, antes de la medianoche, fue ratificada en Berlín por el general Keitel ante la presencia de los rusos.

Para los europeos occidentales, el Día de la Liberación de Europa es el 8 de mayo pero, para los rusos, el “Día de la Victoria” es el 9 de mayo por que ya era esa hora en Moscú cuando se rindió por segunda vez la Wehrmacht.

Esa victoria fue posible gracias a la cooperación de Estados Unidos, Inglaterra, los integrantes de la Commonwealth of Nations, la URSS y muchos otros países, naciones y gobiernos en el exilio, como los franceses y polacos. No obstante lo anterior, los dictadores rusos han convertido el día 9 en la máxima celebración de la “Gran Guerra Patriótica” y reclaman para sí el mérito de ese esfuerzo bélico.

En aquel entonces como hoy, las guerras se ganan con industria militar y tecnología. Si la URSS resistió, fue en buena medida gracias a la ayuda que recibió de las potencias capitalistas como los Estados Unidos, que mediante la Ley de Préstamo y Arriendo (Lend-Lease), entregó toneladas de comida, miles de camiones, tanques, barcos y aviones a Stalin.

Las alianzas ganan. Los aliados se unieron inclusive a los comunistas para vencer a los totalitarismos de Alemania, Italia y Japón, y así liberar al mundo de los dictadores que iniciaron una guerra de agresión criminal en los años 40.

La OTAN es una alianza defensiva que surgió para proteger a los países libres y democráticos europeos de la amenaza del comunismo que, después de la Segunda Guerra Mundial, se apoderó y esclavizó a Europa Oriental. Desde los 90, esta organización ha crecido con la inclusión de países que se desincorporaron de la URSS o se liberaron de su hegemonía. Hoy, la amenaza ya no es el socialismo sino el imperialismo que quiere restaurar el Sr. Putin.

En este año, el 8 y 9 de mayo tienen un significado para las democracias occidentales europeas y otro para el gobierno de Rusia. Los primeros conmemoran sus sacrificios por la libertad y la paz, en cambio, la propaganda rusa quiere exacerbar la belicosidad de su nación para que en nombre de la “madre patria” mueran sus hijos en Ucrania.

Estas fechas también están íntimamente ligadas a la celebración de las madres y nos recuerdan el esmero y la ternura con que dan la vida y protegen a sus hijos. Es una pena muy estremecedora ser testigos de esta guerra cruel y del sufrimiento de tantas madres e hijos.

Este diez de mayo, felicitamos a todas las madres y recordamos con agradecimiento y amor a quienes nos dieron la vida generosamente y vivieron para que no nos faltara nada. Pedimos a Dios por las madres de Rusia, Ucrania y del mundo, y para que pronto haya paz.

Twitter @basiliodelavega                            9 de mayo de 2022