A las cinco de la mañana, Fernando García se enfila desde el Centro Histórico de Veracruz hasta el Muro de Pescadores, para embarcarse con otros dos compañeros mar adentro.
Hace meses que la producción de la pesca no es la esperada para Fernando y otros 150 integrantes de cinco asociaciones pesqueras del muro, debido a la escasez de especies como el peto, sierra, huachinango, cojinuda, pámpano, ronco, pulpo, almeja, entre otros.
«Hay que irla pasando, hay que salir, porque si no salimos no comemos, hay que llevar el sustento para la familia», dice.
Aun cuando en la última década la pesca se volvió poco redituable para quienes viven de ella en Veracruz, Fernando, de 65 años, y sus compañeros acuden todos los días al Muro de Pescadores deseando tener suerte cuando pescan.
Mar adentro es obligatorio que el tanque de gasolina de 30 litros vaya lleno y que se lleve un poco de hielo -para mantener fresco el pescado-, por lo que Fernando divide la cuenta de aproximadamente 800 pesos con otros dos compañeros.
Antes de embarcarse, va a una tienda de conveniencia en la que compra un paquete de galletas para comer mientras pesca. Otras veces sólo lleva una torta, pues debe ahorrar lo mayor posible debido a que «sale tablas».
Fernando García y sus dos compañeros regresan al Muro de Pescadores cerca de las 12 del día con apenas 10 kilos de peto, una producción pobre en comparación con la pesca que hace 10 años tenía por los meses de mayo y junio.
Venden cada kilo de peto en 80 pesos en el Mercado de Pescadería, es decir, obtienen 800 pesos por la producción. Cada uno se lleva por lo menos 150 pesos a casa y el resto se guarda para la gasolina del día siguiente. En realidad, no hay ganancias, sino lo contrario.
«La economía es mínima actualmente. De lo que pescamos me guardo una o dos especies para que comamos dos días. Gano solo 150 pesos si logro librar los gastos que son de aproximadamente mil pesos», menciona.
A Fernando apenas le alcanza para llevarle comida a su esposa Leticia, de 57 años, y a su madre Rosa, de 84, con quienes vive en la zona centro de Veracruz, sin embargo, no le queda de otra más que seguir viviendo de la pesca.
La experiencia 55 años como pescador le sirve para administrarse y que siga haciendo de la pesca una actividad redituable pese a que, según José Ventura Vargas Sánchez, presidente de la asociación Pescadores Bajos La Blanquilla, el pescado escasea cada vez más.
Sentado debajo de un árbol situado al paso del bulevar Manuel Ávila Camacho, José Ventura observa la llegada de otro grupo de compañeros al Muro de Pescadores mientras se acomoda su cachucha con la visera hacia atrás.
El grupo de pescadores, liderado por Martín Güido, llega al muelle con una carga de 10 kilos de peto y otros 10 de sierra que lograron pescar durante casi siete horas en medio del mar en lo que fue una mañana lluviosa en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
«Ellos salieron a las cinco de la mañana y acaban de llegar ahorita a las 12 con 10 kilos de peto, cuando ellos estos tiempos agarraban 80 kilos», dice José Ventura Vargas Sánchez, presidente de la asociación Pescadores Bajos La Blanquilla.
Atrás quedaron los tiempos en que los pescadores llegaban con cargas de hasta 90 kilos de pescado y marisco, casi 10 veces más de lo que logran recolectar actualmente en Veracruz, por lo que muchos de ellos salen del puerto de Veracruz hacia otras zonas, como Chachalacas, en el municipio de Úrsulo Galván.
«Ahorita la pesca va un poco en decadencia, nosotros le echamos la culpa al calentamiento global, esto es en general, no solo aquí en Veracruz, sino en Antón Lizardo, Las Barrancas, donde tú vayas ha bajado la pesca», señala.
Según el líder de pescadores, las mermas en la producción de quienes se dedican a la actividad pesquera desde Antón Lizardo hasta Chachalacas comenzaron hace 10 años a causa del calentamiento global y la intensificación de las sequías.
De acuerdo con la última actualización del Monitor de Sequía de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 113 municipios del estado de Veracruz enfrentaban algún tipo de sequía hasta el 15 de mayo de 2022.
«Nosotros lo achacamos al calentamiento global, pero ahorita lo que pasa es que tampoco ha llovido. Cuando llueve salen los rezumos del río y ahí sale la comida y es cuando el pescado se acerca más», indica.
El hombre, de 52 años y 40 de pescador, recuerda que en sus inicios en la actividad pesquera había abundancia de especies como la almeja, sin embargo, en la actualidad, se enfrenta a la escasez de otras especies como el pulpo.
«Desgraciadamente, va creciendo la población y también crece la gente que somos pescadores. Antes éramos mil, ahora somos 10 mil pescadores en toda la zona, desde Antón Lizardo hasta Chachalacas. Hemos crecido demasiado», externa.
Pese a merma, precios se mantienen
Después de la temporada de la Cuaresma de 2022, el precio del pescado y los mariscos en mercados del puerto de Veracruz volvió a normalizarse pese a que los pescadores jarochos se enfrentan a la escasez de las especies.
«Afortunadamente, el precio ahorita está accesible para la gente, ahorita aparte de que hay escasez, el pescado está barato comparado con un kilo de carne.
Tú puedes ir a pescadería y te puedes comprar un kilo de peto, que a nosotros nos lo pagan en 80 pesos, cuando la carne está en 200 el kilo», expresa José Ventura Vargas Sánchez.
De acuerdo con el presidente de la Asociación Pescadores Bajos La Blanquilla, el precio de pescados como el peto se encontraba en 130 pesos por kilo en mercados de pescadería durante la Semana Santa, sin embargo, luego de varias semanas el costó bajó hasta 70 pesos.
Ven lluvias con buenos ojos
Los pescadores del puerto de Veracruz ven con buenos ojos la cercanía de la temporada de huracanes debido al paso de las lluvias, pues José entura Vargas Sánchez asegura que son benévolas para la producción pesquera.