Normandía: lecciones de Historia

Agustín Basilio de la Vega

Este 6 de Junio se conmemoran 78 años del desembarco de los aliados occidentales en las playas de Normandía, Francia. Esta es la mayor operación militar anfibia jamás realizada por fuerzas aéreas, navales y terrestres, que se haya concebido y ejecutado exitosamente. Gracias a esta acción, los aliados iniciaron la liberación de Francia y precipitaron la derrota de Hitler.

Hay varias lecciones que podemos analizar para comprender que la invasión de Putin a Ucrania no tendrá éxito y que irremediablemente perderá la guerra que provocó. En primer lugar, hay que considerar que las causas justas como liberar a pueblos de dictaduras es ya de por sí inspirador. El Eje Berlín-Roma-Tokio inició la Segunda Guerra Mundial con invasiones a Polonia, Manchuria y el norte de África con el objetivo de incrementar sus territorios y zonas de influencia, cosa que el mundo condenó en su momento.

En los años treinta, las potencias del eje calcularon mal el poderío industrial de los Estados Unidos, así como los recursos del Reino Unido y de la Commonwealth (antiguamente denominada Mancomunidad Británica de Naciones). Tan sólo en 1938, la producción industrial de Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS representaba el 60%; en cambio, la de los países del Eje, el 17% de la producción mundial. Cuando los alemanes ocuparon el oeste de Rusia, la brecha siguió insalvable, pues los aliados occidentales tenían el doble de la producción global de acero, por citar un sólo ejemplo. Hoy, Estados Unidos y la Unión Europea suman un PIB 20 veces mayor al de Rusia.

La superioridad económica de los aliados ayudó a incrementar la capacidad logística, a desarrollar y acumular material bélico y a destruir la economía de los países del Eje. Tan sólo el 6 de junio de 1944, en las playas de Normandía, bajo la operación “Operación Overlord”, desembarcaron alrededor de 160,00 mil soldados, usando más de 1,200 aeronaves y unos cinco mil barcos.

Asimismo, fue fundamental la capacidad de inteligencia, el contraespionaje y el desarrollo profesional de los ejércitos occidentales. En las democracias, donde no se impone la voluntad de un solo hombre, el trabajo en equipo, la delegación de funciones y los contrapesos institucionales rinden frutos. Años antes del día “D”, se formaron equipos de meteorólogos, ingenieros, especialistas en camuflaje y engaño (“Operación Fortitude”) y muchos otros equipos, que son propios de los países libres. Esta es otra razón que explica por qué los dictadores acaban mal.

Mediante la Ley de Préstamo y Arriendo, Estados Unidos envió ayudas en material de guerra a Reino Unido por 439 600 millones de dólares actuales; a la URSS, 154 000 millones; a Francia, 44 800 millones; a la República de China, 22,400 millones, y a los demás países aliados, 36 400 millones. Hoy, esta ley no ayudará a Putin, ya que apenas el 19 de mayo, el Senado de Estados Unidos aprobó una ayuda a Ucrania por 40 000 millones de dólares.

La libertad imperante en las democracias occidentales atrajo mentes brillantes de todo el mundo a los EE UU, lo que hizo posible el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Este fue otro factor clave para que los Estados Unidos desarrollara y fabricara armas decisivas como “Fat Man” y “Little Boy” que incluso disuadieron a la URSS de seguir avanzando en el extremo oriente.

El desembarco en Normandía nos recuerda a Cicerón: “No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.”

Twitter @basiliodelavega            6 de junio de 2022.