Educación en línea

Por Agustín Basilio de la Vega

La pandemia provocada por el Covid-19 cambió muchas cosas en el mundo: nos recordó la fragilidad humana, la importancia de la familia, la necesidad de ser más solidarios evidenció las carencias de los servicios de salud y nuestras malas costumbres de higiene, intensificó el teletrabajo, desarrolló nuevas formas de hacer negocios e impulsó la educación en línea y a distancia, entre muchos otros tópicos.

Hoy, una porción muy grande de la humanidad adaptó nuevas tecnologías de informática y adquirió nuevas habilidades de manera muy rápida. Particularmente, llama la atención el desarrollo de plataformas, instalación de equipos y la proliferación de programas para la enseñanza y aprendizaje de conocimientos, habilidades y valores.

Lo anterior, sumado a la enorme cantidad de material audio visual y literario que se puede consultar mediante la red del Internet, hace que cualquier persona que tenga acceso a un dispositivo (celular, tableta o computadora) y tenga “conectividad” cuente con información de gran utilidad para obtener una formación integral y de calidad.

Muchos de nosotros vimos de niños series con Flipper o Skippy en donde los pequeños protagonistas recibían educación a distancia a través de la radio. La primera, Flipper. es una serie estadounidenses de televisión producida por Ivan Tors Films en asociación con Metro-Goldwyn-Mayer Television y emitida desde 1964 hasta 1967; la segunda es una serie de televisión australiana creada por John McCallum entre 1966 y 1968. En ambas, los niños –ante la imposibilidad de ir a la escuela– se “conectaban” por radio con sus profesores.

Hoy en día, para acceder a clases, plataformas, enciclopedias, institutos de investigación y todo tipo de conocimiento basta con tener un celular e internet. ¡Qué razón tenía Vicente Fox cuando decía hace 20 años que todo “chiquillo y chiquilla” debían tener una computadora y hacer de México un país con Internet!

Entre 2000 y 2006 se implementó el programa “e-México” para dotar de conectividad a todo el territorio nacional y establecer Centros Comunitarios Digitales; se desarrollaron contenidos y plataformas como “Enciclomedia” y se impulsó la participación de la iniciativa privada en materia de telecomunicaciones. Gracias a estas políticas de estado se abatió fuertemente el rezago en las llamadas TIC’s y se impulsó la educación de calidad. La tele-densidad se incrementó y prácticamente todos los mexicanos tienen hoy acceso a un teléfono celular y escogen la compañía de su preferencia.

Lamentablemente, en México, las autoridades se han olvidado actualmente de la importancia de la educación para alcanzar el desarrollo sustentable que es necesario para la vida familiar. Las escuelas públicas no se modernizan a la velocidad necesaria para mejorar su infraestructura, carecen de computadoras y conectividad eficiente y el gobierno, en lugar de impulsar el uso de tecnología de punta, despilfarra dinero en los jóvenes que muchas veces no lo ocupan para mejorar sus equipos o conectividad.

Recientemente, con mi computadora nueva que gané en un sorteo, realicé un taller en línea y tomé clases “sincrónicas” y realicé actividades “asincrónicas”. La plataforma utilizada es altamente eficiente y “navegué” y exploré diversas paginas “web” de alto valor formativo. Hoy, la clave es saber en dónde encontrar la información de calidad y adquirir el buen hábito de nutrirse con “datos” e información realmente útil para la elevación del espíritu y para incrementar conocimientos, desarrollar habilidades y rescatar los valores de la humanidad. Desde luego, también es importante la conectividad y contar con buenos dispositivos electrónicos.

Twitter: @basiliodelavega                                          4 de julio de 2022