Ventana de la umbrosa jaula.
Son las seis de la mañana. Aún no revientan los brotes de la luz. La muchacha que barre y recoge la basura de las calles, bajo el entrevero de sombras de ramajes de las jacarandas, como una pajarita de agitado soplo, canta un bolero en débil voz: El amor es un pájaro herido, que vuela entre las ramas del árbol frondoso que me da el consuelo. Mientras sufre por todo lo perdido, vierte las lágrimas que no podrá recuperar, apresura los latidos inciertos y hace florecer el desvarío de la pasión. Sabe que su maltrecho corazón, para el amor, es una umbrosa jaula. De la autoría de Manolo Santiago. Foto de Víctor León.