«En la medida que crece la población los problemas de infraestructura nos van a acosar cada vez más.  Más habitantes implican más agua, escuelas hospitales, comunicaciones y demás, todo lo cual entraña inversiones en infraestructura y fondos para el mantenimiento y mejoramiento de la existente. Sin embargo, nada de eso es evidente en los criterios que animan a los presupuestos gubernamentales anuales o en los planes de desarrollo». Es parte de lo que escribe Luis Rubio en «Reforma».