Inmerso en el cine de la década pasada

Marco Aurelio González Gama

Estoy inmerso, irremediablemente, en una etapa de la vida —no sé si es una enfermedad— en la que «no soporto nada que me pongan enfrente». Ya les he hablado de esto antes, me molesta mucho la estridencia de ciertos comentaristas deportivos, por ejemplo, y con el fútbol nacional ya se acabó mi paciencia con la ultra mediocridad mostrada por el Cruz Azul de las últimas fechas en el torneo actual (ya no se puede ver fútbol por el excesivo comercialismo en el que han caído las televisoras que lo transmiten). Hablando de cine, el de ficción nada más no lo paso, he intentado ver como diez veces «Duna» (Dune, 2021) y no soporto estar frente a la pantalla más de 5 minutos, «Matrix Resurrections» (2021). Y así por el estilo con muchas otras cosas de la vida actual: los noticieros matutinos, los programas de entretenimiento que les siguen y los que tratan de la vida de los famosos (Woodside, G. A. Infante y Berman) los alucino. Esta situación de incompatibilidad me ha llevado a regresar al cine de la década pasada. Últimamente he visto hasta cuatro veces seguidas —o más— la película «El Juez» (The Judge, 2014) producida y protagonizada por Robert Downey Jr., secundado en el papel coestelar por Robert Duvall, entre otros actores y actrices entre los que destacan Vincent D’Onofrio, la bellísima Vera Farmiga y Billy Bob Thornton. Lejos de aburrirme por las más de dos horas de metraje del film, se mantiene el interés en esta historia llena de matices, drama y escenas un tanto cómicas y otras más cargadas de mucha emotividad (ver a Robert Duvall enfermo e incapaz de sostenerse a sí mismo nos orilla a pensar sobre nuestra propia fragilidad), a la vez que me remiten a una suerte de déjà vu de mi propia vida (la niña que interpreta a la hija de Downey Jr. se parece a mi hermosa nieta, y el papel de Duvall me recuerda mucho a la vejez de mi padre, y no exagero). La verdad hay muchas cosas por las que me identifico con esta cinta, y sin ser una historia complicada, te atrapa gracias al duelo actoral de Robert Duvall y Robert Downey Jr. La recomiendo para todos aquellos que quieran ver una película agradable y amena que mezcla drama y comedia sin caer en falsos sentimentalismos, gracias a su solvente grupo de actores, buenos escenarios y locaciones, y a una historia bien contada sin grandes pretensiones. Si no la han visto, no dejen de verla, les garantizo que les va a gustar. Yo la encontré en HBO.