Por Yolanda Morales
Al subir la tasa nominal y mantener el diferencial con la de Estados Unidos, se limita el riesgo de más salidas de capital que pueden afectar al tipo de cambio, lo que a su vez podría impactar en los precios de productos importados y de la inflación, destacó el subgobernador.
El subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath coincide con la expectativa que tiene el mercado de que la tasa nominal podría terminar el año entre 9 y 10 por ciento. Estamos apenas en la parte baja del terreno restrictivo, resaltó, y sería importante mantener el diferencial de tasa con la Reserva Federal de Estados Unidos.
Al participar en un webinar organizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) explicó que en la Junta de Gobierno no todos piensan igual, y que cada uno otorga un peso diferente a los factores que generan presión en los precios. Estas diferencias enriquecen las decisiones, afirmó.
Relató que en la decisión de agosto, cuando llevaron la tasa a 8.50%, los cinco miembros de la Junta estuvieron más o menos de acuerdo en que se debía entrar un poco más en el alza de tasas. O sea que la política monetaria tiene que ser más restrictiva para que inicie lo más pronto la trayectoria a la baja de la inflación.
El banquero central reconoció que los precios de productos más presionados en este momento son los de alimentos, alimentos procesados y servicios vinculados a estos segmentos, como son restaurantes, taquerías y fondas.
Reconoció que en una economía con baja penetración bancaria como la mexicana, los canales de transmisión de la política monetaria restrictiva son más acotados y están dirigidos sólo hacia las expectativas de inflación.
Quitando presión cambiaria
Heath explicó que al subir la tasa nominal y mantener el diferencial con la de Estados Unidos se limita el riesgo de más salidas de capital que pueden afectar al tipo de cambio. Y es que una depreciación cambiaria puede afectar los precios de productos importados y de ahí generar una presión adicional sobre la inflación.
En la conferencia “Descifrando el desafío de la inflación”, destacó que si hubo algún error en el inicio del ciclo alcista de tasas, a nivel internacional, ése fue el protagonizado por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
“El error no fue si nosotros empezamos antes a mover la tasa, sino que la Fed se retrasó en hacerlo y están pagando el precio (…) pues se aceleraron los efectos de segundo orden.
Nosotros entendimos que el fenómeno de la inflación no era transitorio, era mucho más complejo y debíamos tener una política no tan expansionista”.
Reconoció que en un momento dado nuestras alzas fueron más prudentes y relativamente cautelosas. Pero consideran que sí ayudaron a contrarrestar la presión de inflación. Si no se hubiera arrancado así (desde junio de 2021) hoy tendríamos la inflación mucho mayor.
Efectos de segundo orden
El banquero central admitió que en México el choque empezó con una inflación importada que se fue multiplicando por factores idiosincrásicos por la falta de competencia.
Se han presentado una serie de choques inéditos y subsecuentes que han dificultado la llegada al pico de la inflación. Primero la pandemia, luego los cuellos de botella en la cadena mundial de suministros y después la guerra en Ucrania.
rrg
Foto El financiero.