Ya he comrentado en anteriores ocasiones que mi «pariente», el muy talentoso, admirado y laureado director de cine Alejandro González Iñárritu (también he dicho por qué me tomo la libertad de referirme a él como mi «pariente». Su padre, que en paz descanse, se llamaba Héctor González Gama, de esas extrañas coincidencias que tiene la vida, por supuesto que no había ningún parentesco), me produce emociones y sensaciones encontradas con su material cinematográfico. Me gusta su ópera prima ‘Amores perros’ (2000), me encanta ‘Birdman’ (2014) y me quedo a medio camino con su obra maestra ‘El Renacido’ (The Revenant, 1915), aunque sí creo que se merecía el Oscar. De ahí en fuera sus otras películas, en lo personal me parece que navegan entre lo existencial y lo soporífero. Claro que mi percepción no le quita ni un pelo a la espesa melena de Alejandro, es un gran director sin duda. Y hoy traigo a colación a mi «pariente» porque está por estrenarse a finales de octubre en las pantallas de cine su última producción filmada integralmente en México, ‘Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades’. He leído algunas críticas acerca de la cinta producida por la plataforma de streaming Netflix, y la verdad es que no la tratan muy bien. Se dice que es su proyecto más personal, sin embargo, las calificaciones van desde que es tediosa, ambigua y repetitiva a la vez, «visualmente impresionante, con un giro final simplón y un protagonista desagradable», por cierto interpretado por el gran Daniel Giménez Cacho, y que en la cinta lleva por nombre ¡Silverio Gama! Es un largometraje con exceso de duración según he leído, dos horas y media, lo que para un servidor no es un exceso, es sumamente excesivo y hasta grosero. Finalmente, cierro con una frase que me parece la crítica más lapidaria que le han hecho: «… el tedio más bonito que he visto nunca». No sé si la vaya a ver algún día. Ya no estoy para novelones kilometricos, ni filmados, ni escritos. Si alguien la ve, que me la platique por favor en no más de 5 minutos. Lo siento, pero uno con el tiempo se vuelve práctico y tiende a lo fugaz. Ahí se las encargo por si se atreven. Foto de «Excélsior». Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.