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La Jornada

Anuncios publicitarios de partidos en Iztapalapa. Foto José Antonio López /Archivo.

 Aún no inicia el proceso electoral en el Estado de México, donde se habrá de elegir a gobernadora o gobernador el año próximo, y en cientos de bardas y espectaculares de la entidad la promoción de aspirantes se percibe de forma constante. Se observan fotos, frases publicitaras y nombres de quienes pretenden incluirse en la contienda. En ningún caso los partidos han involucrado sus siglas, y eso sí en la mayoría esa promoción está financiada por revistas que se dicen especializadas en la gobernanza de los municipios o del ámbito financiero.

Figuran en esa campaña abierta, de la que nadie ha dado cuenta del costo, mujeres y hombres que se perfilan a contender por los cargos públicos en el estado y hasta los que trascienden a la aspiración presidencial.

Al transitar por carreteras, poblados y ciudades del Edomex los transeúntes y aquellos que viajan en automóviles o transportes de otras características se enfrentan, sobre todo, a los espectaculares y bardas de Enrique Vargas, Pepe Couttolenc, Omar Ortega, Ana Lilia Herrera, Mariela Gutiérrez, Horacio Duarte, Higinio Martínez, entre otros.

La inexistente regulación electoral en materia de espectaculares y bardas, tanto en el ámbito federal y en el terreno local, propicia que la llamada precampaña electoral se encuentre en su mayor nivel en distintas regiones del Edomex. Son distintas las revistas, para segmentos muy identificados, las que además de posicionar en las preferencias a quienes aspiran a gobernar, no aportan mayor información sobre los montos financieros que ocupan para esa promoción política disfrazada de portadas.

Así las mujeres y hombres que aparecen sonrientes, cuan productos del jet-set, no tienen obligación de presentar información sobre esos impactos publicitarios. No obstante, en Toluca, ya se advierte que -según- colectivos comunitarios calculan una inversión mínima de 150 millones de pesos para dar a conocer entre la población a los aspirantes a gobernar, cuando aún no hay indicios del comienzo del proceso electoral legal.