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Milenio Digital

El primer actor mexicano falleció el pasado viernes 25 de noviembre a los 83 años.

Milenio por la noche

ALEJANDRO MEMBRILLO.

Desde el maravilloso vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, como resultado de la colaboración entre la secretaria de cultura Alejandra Frausto y la directora del INBAL, Lucina Jiménez, se llevó a cabo el homenaje póstumo que se le realizó al primer actor Héctor Bonilla, quien tristemente falleció el pasado viernes después de una larga lucha contra el cáncer.

Además de su esposa, Sofía Álvarez, y sus hijos, Sergio y Fernando, el homenaje contó con la presencia de miembros de la industria, colegas, amigos y familiares, entre los que destacan Demián Bichir, Leticia Huijara y Damián Alcázar, que se sumaron a la constante ovación, mensajes de amor que le hicieron. Durante este evento se aprovechó para enaltecer el legado que Héctor Bonilla dejó en la industria del entretenimiento mexicano con su participación en incontables películas, más de 140 puestas en escena y, naturalmente, en la televisión mexicana.

“Durante cuatro años y cuatro días pensaba con terror en que este día llegaría irremediablemente. Hoy estoy aquí, arropada por amigos entrañables, nuestros hijos, nuestros nietos […] Gracias, Héctor, por tu buen humor, tu enorme esfuerzo y disciplina de todos los días, por tu inmenso amor a tus amigos, a tu profesión, a tu país, a tus hijos, a tus nietos y a mí”, dijo conmovida Sofía Álvarez.

“Gracias a ti, vamos a estar bien”, terminó su esposa.

 

Sus hijos Sergio y Fernando, acompañados por su madre, compartieron con los asistentes un texto que prestaron mediante el cual relataron un poco de lo que fue la vida del actor, su nacimiento e infancia, su postura ideológica y política y su repercusión artística en México.

Sergio, Fernando y Sofía leyeron un texto en el que contaban la historia de su padre y esposo: “Los colores azul y oro lo acompañaron hasta la muerte; lo cremamos con sus pants de los Pumas… y sin maquillaje. […] El deporte fue muy importante para él […] Fue un aficionado muy, muy, muy ferviente, la derrota de alguno de sus equipos le podía arruinar, y alguna victoria importante era la excusa para convocarnos a agarrar la peda […] Durante toda su trayectoria, se pasó las etiquetas por los huevos, y así trabajó con el mismo en una telenovela o en una película independiente”.

“Siempre fue muy activo políticamente, luchó por la equidad social y laboral dentro y fuera de su gremio. Participó en tantos mítines, marchas, asambleas y plantones, que deberían haberle develado una placa”, aseguro Sergio Bonilla.