De viernes a domingo, el rostro de Esdras Israel Hernández Salazar se esconde debajo de máscaras de botargas y disfraces con las que anima por las noches a los veracruzanos que asisten a antros, eventos y fiestas infantiles en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo. El joven gana 300 pesos en 40 minutos antes de partir hacia otro evento.
“A mí siempre me ha gustado echar desorden, pero me cohíbo por el hecho de que sepan quién soy. Debajo de una máscara nadie sabe quién soy, puedo bailar con quien sea y nadie va a saber que soy yo”, dice Esdras Israel.
El joven terminó el primer cuatrimestre de la licenciatura en Mercadotecnia a sus 22 años y aún recibe apoyo económico de sus padres, sin embargo, desde hace dos que trabaja como animador de fiestas en el puerto de Veracruz y municipios cercanos para tener ingresos para sus propios gastos y «porque me gusta la idea de echar desorden y más si me pagan.
Para Esdras Israel, el trabajo como animador de eventos, en particular como botarguero, es sumamente cansado. El estudiante de Mercadotecnia trabaja cada fin de semana de 7:00 de la noche a 2:00 de la mañana. En ese lapso, asiste a cada evento por 40 minutos; anima, mete a la gente a la pista de baile de los antros y salones de fiesta, se toma fotos con los asistentes y después se cambia para ir a otro festejo.
Son mil 200 pesos los que gana cada noche por aproximadamente cuatro horas de trabajo animando a la gente disfrazado o dentro de una botarga: Bad Bunny, un arlequín, La Máscara, un robot con zancos, Spiderman y, en la época decembrina, de El Grinch, el personaje del duende de ficción que odia todo lo que tenga que ver con la Navidad.
“Yo creo que lo más difícil de ser botarga es el calor y saber moverte con un traje, porque está muy complicado, tienes una visión nula, o sea, realmente ves un hoyito de una moneda de 10 centavos. Son dos hoyitos, pero están aquí, entonces tienes que ver acá o acá. Por ejemplo, yo uso el de Bad Bunny, aparte trae unos lentes, te los pones, pero luego el lente se te baja y te tapa, entonces no ves nada. La gente te habla, pero no escuchas tampoco”, narra Israel, quien ahora enfrenta dolor en los hombros y en la espalda baja.
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Ser botarga en Veracruz
De acuerdo con la página web de Indeed, una persona que trabaja como botarga en el puerto de Veracruz gana alrededor de cinco mil 820 pesos mensuales, es decir, seis por ciento menos que el promedio nacional. Ese es el sueldo, por ejemplo, para una persona que labore como botarguero del Doctor Simi, sin embargo, el ingreso puede variar hasta cerca de los nueve mil 700 pesos en algunos casos.
“Realmente sí es muy poco. Lo comparo con lo que, de cierta forma, yo ingreso, y si digo que por ocho mil pesos es muy poco. Son jornadas de seis días a la semana y te mandan a varios puntos por un sueldo de seis mil a ocho mil pesos, sí está bastante negreado, porque aparte estamos en un lugar donde el ambiente no ayuda, hay mucho calor y los trajes no tienen ventilación”, afirma Esdras Israel.
Aunque su trabajo como botarga en la animación de eventos involucra un sumo esfuerzo físico, Esdras Israel compara sus ingresos con los de trabajos como empleado de supermercados. Hace un año trabajó en una tienda Chedraui en donde ganaba aproximadamente 30 pesos la hora.
“Yo hace un año y algo mandé una solicitud para ser botarga del Dr. Simi, pero como no me contestaron me metí a Chedraui. Más o menos, según leí, el sueldo de una botarga del Dr. Simi está bien, no está mal, pero, por ejemplo, si te dedicas a particulares, a eventos de fiestas infantiles y todo ese rollo, si te llevas unos 300 por evento de 40 minutos, máximo una hora. Entonces en una noche, de cuatro eventos te sacas hasta mil 200”, comenta.
Además del esfuerzo físico y de la precariedad laboral que se enfrentan los botargueros de Veracruz, también existen otros riesgos como animar en domicilios ubicados en zonas alejadas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo-Alvarado, en lo que en estos años Esdras Israel observó situaciones de riesgo, sin embargo, al joven le entusiasma continuar con el empleo.
“Yo lo que le he dicho a mi novia es que nunca me quiero zafar de eso, me gusta mucho y como hobby está muy bien, de cierta forma está muy bien, me va bien a la semana. Aunque yo esté trabajando de otra cosa, me gustaría el fin de semana, aunque sea muy cansado, seguir dedicándome a esto”, concluye.
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