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La Jornada.

Alejandro Gómez Tamez, presidente ejecutivo de la CICEG y la Canaical. Foto Carlos García

Aunque la industria nacional del calzado registra un crecimiento del siete por ciento en comparación con el 2021, todavía está un 16 por ciento abajo de los niveles de producción que tenía en el 2019, antes de la pandemia de covid-19.

Lo anterior, de acuerdo con las cifras más recientes, al mes de octubre, publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, informó Alejandro Gómez Tamez, presidente ejecutivo de las Cámaras de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) y de la Industria Nacional de Calzado (Canaical).

Se calcula que al cierre de este 2022 se habría alcanzado una producción de 224 millones de pares, 26 millones menos que los fabricados en el 2019, cuando la producción nacional llegó a los 26 millones de pares.

El valor de la producción de este año será del orden de los 78 mil millones de pesos, tomando en cuenta que el precio de fábrica promedio por par de zapatos es de 350 pesos.

Con la crisis económica que trajo consigo la emergencia sanitaria, la industria mexicana del calzado cayó un 88 por ciento durante el periodo de marzo-mayo de 2020 y perdió 15 mil de los 65 mil empleos registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Ahora, dos años después, el sector ha recuperado el 72 por ciento de la producción, pero le falta aún un 16 por ciento para alcanzar el monto de la producción del 2019. De los 15 mil empleos formales perdidos ya se recuperaron 12 mil, restan otros 3 mil, explicó Gómez Tamez.

Sin embargo, frente a la baja de la producción nacional, el sector sigue creciendo en sus exportaciones. Este 2022 exportó 36 millones de pares, lo que representa un 20 por ciento más que la cifra del 2021. El calzado mexicano se vende a buen precio, ya que el promedio de venta es de 27 dólares por par.

“Hay buenas cifras en el rubro de las exportaciones”, destacó el presiente ejecutivo de CICEG y Canaical, al señalar que el tipo de calzado más vendido en el extranjero es la bota vaquera y el calzado de piel; en menor medida también se vende zapato de textil, sintético y full plastic.

Agregó que el precio promedio de zapatos en el último año aumentó en 8.5 por ciento, y el salario promedio incrementó alrededor del 17 por ciento. De tal manera que “los márgenes de rentabilidad de la industria se han venido erosionando, porque, si bien, puedes aumentarle un poquito al precio tus costos de producción siguen presionados. Pero, repito, ya no son las presiones en costos que estábamos viviendo hace seis meses”.

De los 224 millones de pares de zapatos que se fabricaron en 2002, el 72 por ciento se produce en el estado de Guanajuato.