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La Jornada
 
La fuerte competencia que tienen los bancos ha permitido que las tasas de interés de los nuevos créditos no hayan incrementado en la misma proporción que lo ha hecho la tasa de fondeo del banco central, e incluso se ha notado una buena demanda de crédito. Foto Pablo Ramos / Archivo

México no está “condenado” a tener una recesión económica este año como la que se espera ocurra en Estados Unidos. Lo que se enfrentará será una desaceleración, aunque está será amortiguada por el buen dinamismo del consumo, afirmó Daniel Becker Feldman, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).

En conferencia de prensa, el representante de la banca privada afirmó que actualmente no se tienen preocupaciones mayores en lo que respecta al comportamiento de los consumidores y que estos puedan caer en altos niveles de endeudamiento; de hecho, anticipó, este año se prevé que el crédito siga al alza, aunque a un menor ritmo.

“A pesar de que Estados Unidos pueda tener una recesión económica, eso no significa que México esté definitivamente condenado. No podemos negar la interconexión que hay con las exportaciones, pero venimos de una base menor y de un muy buen dinamismo del consumo”, dijo Becker.

Precisó que los banqueros este miércoles se reunieron con Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y hay un sentimiento de optimismo sobre el desempeño de la economía este 2023, ya que los riesgos expuestos son los geopolíticos y las tensiones internacionales

“Sentí un secretario de Hacienda optimista, ya que a pesar de una desaceleración en Estados Unidos, México tiene la capacidad de estar estable… solamente que haya un cisne negro”, mencionó el presidente de la ABM.

Así mismo, estuvo presente Omar Mejía Castelazo, nuevo subgobernador del Banco de México (BdeM)

Becker Feldman puntualizó que si bien, no se tiene certeza sobre lo profunda que pueda ser la desaceleración de la economía nacional, “el dinamismo del consumo en México será un amortiguador” ya que “hay buenos elementos que evitarían algo severo por un choque del exterior de la economía”.

En este sentido, detalló que el gobierno ha mantenido una disciplina fiscal y el manejo de los recursos públicos ha sido responsable, a tal grado que este año hubo un déficit fiscal marginal, por lo que se ven “pocos riesgos, eso no significa que podamos estar sin preocuparnos, pero incluso puede que para el segundo semestre veamos una disminución en las tasas de referencia”.

Incluso, abundó que el país se podría ver beneficiado en caso de que los agentes económicos aprovechen las ventajas que ofrece el fenómeno de la relocalización de empresas, mejor conocido como el nearshoring.

Sin “cantar victoria” morosidad no es tema de preocupación

Por otra parte, Becker Feldman indicó que hasta noviembre, los indicadores de la banca son sólidos y estables y el impago de las familias y las empresas no es un tema que alarme a las instituciones de crédito, aunque todavía no se puede “cantar victoria”.

Refirió que, con cifras tomadas del BdeM, se puede observar que las familias mexicanas tienen niveles relativamente bajos de apalancamiento y no se ha visto que haya sobre endeudamiento pese a los altos niveles de inflación.

Con cifras a noviembre, detalló, la morosidad en el sector de consumo redujo 0.4 por ciento; de forma específica, disminuyó 0.7 por ciento en tarjetas de crédito; 0.8 por ciento en préstamos personales; 0.8 por ciento en créditos automotrices, y solo aumentó 0.5 por ciento en los préstamos de nómina.

En este sentido, señaló que la fuerte competencia que tienen los bancos ha permitido que las tasas de interés de los nuevos créditos no hayan incrementado en la misma proporción que lo ha hecho la tasa de fondeo del banco central, e incluso se ha notado una buena demanda de crédito por parte de los consumidores.