Eco economía social de mercado
Agustín Basilio de la Vega
México atraviesa por una crisis de confianza que impide su crecimiento económico. Las decisiones estatistas de la administración del presidente López han disminuido las posibilidades de aprovechar el llamado “Nearshoring” o la reubicación de empresas trasnacionales. La enorme frontera que comparte con los Estados Unidos no es suficiente, se necesita que el gobierno sea amigo de los inversionistas, otorgue facilidades y no obstaculice el emprendimiento.
La cancelación del NAIM, la hostilidad hacia empresas nacionales y extranjeras que invierten en energías verdes y el excesivo intervencionismo estatal en infraestructura usando las fuerzas armadas como constructores y administradores de proyectos, ha retrasado decisiones de muchos consorcios que preferirían a México como destino de inversiones.
El principal problema es que se está perdiendo tiempo y que se eleva el enorme costo de oportunidad. Es posible que sea demasiado tarde para muchas empresas esperar hasta que acabé la presente administración y se sepa que programa tendrá la siguiente, pero es peor para millones de jóvenes mexicanos que al no encontrar trabajo en el país tienen que emigrar hacia otros.
El próximo gobierno (no importa quien sea el presidente) si tiene un compromiso con una Economía Social de Mercado que respete la dignidad de la persona humana y la libertad empresarial recuperará el camino del crecimiento inclusivo que erradica gradualmente la pobreza.
El nuevo gobierno podría recuperar la confianza respetando la propiedad privada de todas las personas, impulsando el emprendimiento, la libre elección de ocupación y la libre competencia y no acaparando y entrometiéndose en la economía. El Estado, si actúa en el futuro, soló de forma subsidiaria en las áreas donde a la iniciativa privada no le es rentable o para impulsar asociaciones publico-privadas, además de ahorrar recursos multiplicaría la construcción de infraestructura.
Es posible cambiar de rumbo fomentando la educación financiera de la población desde temprana edad, de esta manera, las personas tendrán información para trabajar, producir, ganar dinero, ahorrar, invertir y gastar de manera responsable. Si se impulsa la habilidad para la autonomía y responsabilidad personal de jóvenes, una nueva generación de emprendedores podrá hacer realidad sus propios proyectos generadores de bienes y servicios.
La nueva economía de México podría ser verde. Un crecimiento sustentable logrará que los costos sociales y ambientales de los bienes y servicios disminuyan a mediano y largo plazo. El futuro de México depende que los motores del progreso no se apaguen, sino que se potencien y modernicen con criterios de protección al medio ambiente. La libertad, la propiedad, la competencia y la sustentabilidad se construyen, no cae del cielo.
Twitter @basiliodelavega 15 de mayo del 2023