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Fitch Ratings recortó la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) a B+ desde BB-, además de colocar la nota en observación negativa, debido al débil desempeño operativo de la empresa estatal y su manejo financiero.

El recorte de la nota de la petrolera mexicana –que ocurre a una semana del incendio en el centro de proceso Nohoch-A, que pertenece al activo de producción marina Cantarell– la coloca en un nivel de alto riesgo, pues está a dos peldaños del grado “basura”.

La calificadora explicó que la variación se debe a que Pemex se encuentra en dificultades financieras, pero también por el historial de factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo.

La rebaja “refleja el impacto ambiental y social asociado con múltiples accidentes en las instalaciones operativas de Pemex desde febrero de 2023, que resultaron en víctimas y lesiones a sus empleados y daños a infraestructura y activos críticos”.

Fitch recordó que a raíz de conflagraciones en importantes activos de la empresa estatal, han muerto trabajadores y otros han resultado heridos, situación que preocupa por la operación o la falta de recursos para el mantenimiento.

“El alto servicio de la deuda y la necesidad de que el gobierno financie flujos de efectivo negativos han sido razones claves para la inversión insuficiente”, destacó.

Analistas de Intercam consideraron que el incendio en la plataforma Nohoch-A habría sido “la gota que derramó el vaso” para que Fitch tomará la decisión.

La conflagración dejó dos trabajadores muertos y uno más desaparecido, así como la caída de 100 mil barriles diarios en la producción de julio, que se traducirá en una reducción de ingresos por alrededor de 132 millones de dólares.

Intercam subrayó que el proceso de multas para Pemex por parte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos está detenido, pese a que existen documentos que revelan que se han omitido diversas sanciones, en particular por incumplimiento en las restricciones en el volumen máximo de gas quemado permitido y la perforación de pozos en Ixachi, en Veracruz, y Quesqui y Tupilco, en Tabasco.

La nota en perspectiva negativa, dijo, refleja la preocupación sobre la capacidad y voluntad del gobierno de México para mejorar la liquidez y la estructura de capital de la empresa en los próximos dos años sin concesiones de los acreedores.

Fitch estima que Pemex limitará aún más sus fuentes de financiamiento de bancos, inversionistas y proveedores.

Recordó que la petrolera enfrenta vencimientos de bonos de deuda internacional por 4 mil 600 millones de dólares en 2023 y 10 mil 900 millones de dólares en 2024.

“La incapacidad de refinanciar la deuda de los mercados de capital con instrumentos financieros a largo plazo similares exacerbaría su riesgo de liquidez a finales de 2024”, agregó.

Fitch estimó que “Pemex será una responsabilidad creciente para el gobierno”, pues a diferencia de años anteriores, donde la participación oficial superó las necesidades de respaldo de efectivo de Pemex, tendrá que gastar aproximadamente 20 mil millones de dólares más de lo que recibe de la petrolera en 2026 y 2027, para mantener a flote a la empresa.

Agregó que en caso de que la empresa estatal continúe convirtiendo sus vencimientos financieros en deuda a corto plazo, concluirá 2024 con casi 35 por ciento de su deuda en esa situación.

En marzo pasado, Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, señaló en una entrevista concedida a La Jornada (https://shorturl.at/cgPT2) que debido a la notas crediticias que otorgan las calificadoras, “la tasa que los mercados cobran a Pemex es el doble de la que se paga por la deuda soberana”, lo cual, consideró, “no tiene justificación”.

El análisis de Intercam destacó que el deterioro de la nota crediticia de Pemex no tuvo un impacto en el precio de sus bonos, debido a que la perspectiva de mayores niveles en el precio del crudo compensó con creces el efecto adverso de una posible demanda por una mayor prima de riesgo.