Uno de los escenarios más complejos que puede enfrentar nuestro país en materia política es llegar al día 2 de junio de 2024 y tener un resultado de las elecciones presidenciales muy cerrado, no importa quién gane. En una democracia en la cual no hay polarización y en donde las autoridades tienen el reconocimiento pleno  de los actores en contienda.  eso no debería implicar ningún problema. Pero en México ya desde ahora se han estado presentando reclamos de ilegalidad y también vendrá el aspecto del financiamiento. Lo escribe Enrique Quintana en «El Financiero»