Existe lo que los griegos llamaban filia  De esta variedad de amor se ocupó especialmente Aristóteles. Es el afecto, el aprecio por lo que no nos falta, amar es alegrarse, escribió Aristóteles. Alegrarse por lo que se recibe y sentir cariño hacia la causa de esa alegría. Aristóteles llamaba filia al amor entre padres e hijos y al amor entre esposos. La verdadera diferencia es que ejercitamos la alegre filia cuando deseamos lo que hacemos, lo que somos y lo que tenemos. Significa aprender a gozar sin carencia previa, sin rechazar hastiados lo que logramos. El sabio aconsejaba practicar en todo la filia. Lo escribe Irene Vallejo en «Milenio». Foto de «Zenda».