Existen diversos factores que se deben tomar en cuenta respecto al aumento de casos de enfermedades infecciosas en el país
Si bien no se han generado nuevas enfermedades en México, las ya existentes parecen ganar terreno, por ejemplo, este 2023 se registró un aumento en la incidencia de dengue, enfermedad de origen zoonótico, es decir que se transmite entre animales y seres humanos.
Al respecto expertos han señalado que el aumento de casos (no solo de ésta enfermedad infecciosa sino también de otras), podría estar directamente relacionado con el cambio climático y la falta de políticas ambientales.
“Se ha visto que cuando hay un incremento en temperatura o en precipitaciones hay más casos de dengue. También se ve por ejemplo con la leptospirosis: hay algunos datos donde se ve que cuando incrementa la temperatura también se ve mayor incremento de los casos”, explica el Dr. en Ciencias, Constantino González Salazar.
Y es que, de acuerdo con el también investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, si bien las variaciones de temperatura y clima no son lo único que explica estos fenómenos —ya que se trata de un proceso multifactorial— sí contribuyen en gran medida en la modificación del comportamiento de los posibles transmisores de enfermedades (como los mosquitos), lo que a su vez aumenta las probabilidades de que aumente el número de personas contagiadas.
“Lo que estamos observando es que, si seguimos con estos cambios con la tendencia que lleva, va a favorecer a una mayor tasa de incidencia. El ejemplo más claro que podemos tener es que este año, que hubo una ola de calor, se reflejó en distintos estados hubiera más casos de dengue, incluso hasta 300% más casos comparado con otros periodos”, adelantó.
En Quintana Roo, por ejemplo, en lo que va del año se han confirmaron 2 mil 154 casos de dengue; en 2022 antes apenas se habían detectado 69.
Además, en la semana 30 del 2023 se confirmaron 7 mil 295 casos a nivel nacional, lo cual indica un incremento de 183% en comparación con el mismo periodo de 2022 cuando se contabilizaron 2 mil 518 casos.
Al respecto, el especialista explicó que al modificarse el clima, también se puede llegar modificar la estacionalidad con la que se presentan ciertas enfermedades.
“En lugar de decir que el dengue aparece más entre septiembre, octubre y noviembre, vamos empezar a ver desde enero, febrero o marzo; vamos a empezar a ver brotes más intensos”, aseguró.
Redistribución de las enfermedades
Por si fuera poco, algo que se ha detectado con los estudios y datos recopilados, es que los agentes causales de las enfermedades se están redistribuyendo, como ha sucedido con el mosquito, pequeño vehículo con alas responsable de transmitir tanto el dengue como otras enfermedades (zika y chikungunya).
“Todos los insectos dependen mucho del clima, entonces, una de sus barreras son las variables meteorológicas. Una vez que éstas condiciones se modifican y se vuelven adecuadas para su presencia comienzan a redistribuirse”, explicó.
Si bien, que ciertos insectos vivan en un lugar no implica que una enfermedad se hará presente en dicha zona, sí aumenta el riesgo de que, en su expansión, estos animales lleguen con patógenos a nuevos puntos del mapa mexicano.
Así, al llegar a un nuevo territorio, se corre el riesgo de que se den escenarios graves, ya que la población no tiene un contacto previo con ella, detalló Constantino González.
Por otro lado, el especialista reiteró que no son sólo los portadores de las enfermedades los que se redistribuyen, sino que en el proceso de urbanización e industrialización, las ciudades han crecido y comenzado a “acercarse” e invadir los hábitats de virus, bacterias y parásitos.
“Al momento en que entramos en contacto con ellos obviamente nos empezamos a enfermar, empezamos a adquirir estos patógenos y comenzamos a darles también nuevos hábitats”.
Enfermedades importadas y exportadas
De la mano del calentamiento global se encuentran otros factores, uno de ellos es la movilidad humana. De hecho, de acuerdo con el Dr. en Ciencias, muchas de las enfermedades infecciosas con gran impacto en nuestro país han sido introducidas desde otros puntos del globo terráqueo.
“Realmente las enfermedades con gran impacto en nuestro país, como el dengue, son introducidas. Se puede dar y se está dando la importación de enfermedades, la cuestión es que pase de ser un caso importado a empezar a ser una transmisión comunitaria”, señaló.
Cabe precisar que para que un grupo de población comience a contagiarse de alguna enfermedad se tienen que dar las condiciones ambientales necesarias, mismas que el humano puede llegar a propiciar alterando el ecosistema.
“Se modifica el ambiente de tal manera que un virus o un patógeno, parásito, bacteria, encuentra las condiciones para poder mantenerse”, añadió el investigador.
En este sentido reiteró que actualmente, uno de los grandes riesgos es que la movilidad humana continúe reconfigurando la distribución —como lo ha hecho hasta ahorita— de muchas enfermedades que antes no estaban.
“Vamos a reconfigurar la distribución de una gran cantidad de enfermedades y se ha pronosticado que seguirán llegando otros virus a nuestro continente. Además, de aquí se están yendo otras también como la enfermedad del chaga o de leishmaniasis, endémicas del continente americano”.
Epidemias en México ya las hay y se van a mantener —como lo que sucede actualmente con el dengue— asegura el experto, quien añadió que, ante el panorama del cambio climático se manifiesten más casos y en diferentes puntos de manera gradual.
“Se espera que pueda haber más brotes epidémicos con impactos locales por el cambio climático, aunque hasta ahorita no hay registros de que se empiecen a establecer ciclos de transmisión”, explicó.
A la par, actualmente hay diversos estudios en los que se ha observado que enfermedades como el dengue y zika van a cambiar sus patrones de incidencia en la parte estacional, es decir, podrían presentarse antes de los meses en los que se les suele ver.
Una herramienta para la prevención
Para el especialista, el panorama no es optimista, especialmente por las medidas que se han aplicado para atender un problema que pudo haberse prevenido.
“Hemos tenido tres o cuatro alertas (incluida la pandemia por covid-19) y no hemos sabido responder, no tenemos programas de prevención”, señala.
En este sentido, actualmente, desde el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático se ha desarrollado un Atlas de las Enfermedades Infecciosas, que tiene como objetivo estudiar el comportamiento de las mismas y usarlo como una proyección a futuro.
A partir del análisis en el que se comporta cierta enfermedad (y bajo determinadas condiciones ambientales), se puede conocer incluso a que regiones podrían propagarse los casos y con ello aplicar medidas que reduzcan el riesgo de contagios.