A mediados de los 70, después de impartir clases en la Facultad de Comercio y haber laborado como Director-Administrador de la Facultad de Artes Plásticas (Jurado, Pucheta, Landau, Villar, Lorenzana y Pepe Maya, por ahí), de pronto ya era yo Subsecretario Administrativo de la UV con Bravo Garzón y Rafael Arias, universitarios muy políticos, siendo yo totalmente apolítico. Y tuve empezar a comprar y a leer libros sobre política para no desentonar demasiado: «La Sucesión presidencial», de Cosío Villegas; «Estudios del mexicano y Martín Luis Guzmán»; «Tiempo mexicano» de Carlos Fuentes; por supuesto las novelas políticas de Luis Spota, entre otros. El Subsecretario Académico era Jorge Ramírez Juárez, y Arias era nuestro jefe directo. Un día inhábil, después de un evento, en el Parque Juárez de broma nos subimos los tres a un burrito y cada quien conserva de recuerdo su respectiva foto.