Juan Armenta escribió un artículo sobre la señora Portilla nacida en 1915 y a quien alguna vez entrevistó. Ella Le platicó que en su época «se usaban vestidos vaporosos de telas importadas, buenos perfumes, encajes peinetas, medias de popotillo, peinados sofisticados. Y en el baile, recuerda la señora Portilla, empezaba la música. Y como que el tiempo detenía ese gran momento. Las parejas iban al centro del salón. El caballero llevaba a la dama  tomada del brazo. Y los dos quedaban de frente mirándose a los ojos.. El caballero rodeaba el talle de la cintura de la dama con su mano derecha. Y con la mano izquierda el caballero afianzaba la mano derecha de la dama. Ambos sentían, por la cercanía, vibraciones en todo su cuerpo. Empezaba el movimiento corporal y espiritual al ritmo de la música. y se frotaba entre nubes en un mágico instante de romanticismo puro. Y se coreaban calladamente las estrofas de esa bella canción «Noche de una en Xalapa». Y se vivía intensamente ese espacio repleto de amor». Es una parte de lo que escribió Juanito.