Llega un señor de edad a su casa y saluda a su esposa, -¡Hola, vieja, ya vine, ¿me extrañaste? -Sí, viejo, ¿dónde andabas? -Ya te había dicho que iba a ir a esa clínica para que me quitaran las ganas de fumar, vieja. –¡Ay, viejo, ¡pero de todas formas estás fumando!- -Sí, pero ya sin ganas. Lo publican en «Auge de vida». Foto de Deposiphotos.