«Pocas palabras tienen una diversidad semántica tan variada en el habla de los mexicanos, aunque muchos de sus significados son realmente contradictorios. «Vale madres», por ejemplo, quiere decir que es algo que no tiene valor o estima. «A toda madre, por el contrario, es un superlativo de calidad o bienestar. «En la madre», describe las consecuencias de un golpe real o figurado. «Madrecita» es un término de respeto para un mujer que más bien es propiamente abuela. «Mamacita» es, en cambio, una expresión respetuosa dirigida a una mujer, usualmente joven y que no ha sido madre pero que tiene los atributos físicos para que no falten candidatos que la quieran ayudar a serlo. «Desmadre» generalmente lo utilizamos para señalar a un comportamiento que abandona el marco de lo socialmente aceptable. «Partirle la madre» a alguien es el equivalente a darle una golpiza. «Un madral» es un montón de cualquier cosa. Si alguna cosa o persona «está a toda madre» no quiere decir que tenga pocos méritos, sino todo lo contrario». Alguna vez lo escribió Sergio Sarmiento. Foto de «Envejecer con salud».