Foto: Cuartoscuro.
Diego Badillo.
El oficial a cargo de la sede subregional de la CEPAL en México, expone que, si el país diseña e implementa una política de desarrollo productivo incluyente, sostenible, e innovadora, podrá aprovechar su posición en el epicentro de una región de gran dinamismo económico mundial.
El contexto económico internacional actual ofrece grandes oportunidades a México para generar condiciones de desarrollo económico, lo cual se podrá lograr si diseña e implementa una política de desarrollo productivo incluyente, sostenible, innovadora y consensada, que le permita orientar los esfuerzos de todos los sectores para dinamizar la actividad económica y superar rezagos significativos en materia social, productiva y ambiental, planteó el oficial a cargo de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) en México, Jorge Mario Martínez-Piva.
En entrevista, el funcionario del organismo de las Naciones Unidas, explicó que el Estado debe jugar un papel central en el diseño, implementación y evaluación de la política de desarrollo productivo, con una visión prospectiva de largo plazo, aunque también enfatizó la importancia de la intervención del sector privado, la academia y la sociedad civil.
Luego de participar en la presentación del documento “Temas clave para diseñar e implementar una política de desarrollo productivo sostenible en México”, realizada por el organismo internacional y la fundación Friedrich Ebert Stiftung, llamó la atención en que “el mundo no espera” y además, “no sabemos cuánto va a durar” esa coyuntura favorable para el país.
“Es un momento de transformación en el que vislumbramos que hay cambios; bloques económicos; una competencia férrea por el liderazgo tecnológico y que eso está llevando a algunos países, como Estados Unidos, a trasladar a sus empresas más cerca de los mercados” o incluso dentro de su territorio.
En ese sentido, destacó que el epicentro es América del Norte y México es parte de esa región.
El documento presenta las conclusiones de una serie de diálogos organizados por la CEPAL y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, durante 2023 con representantes de los sectores público, empresarial, sindical, académico, instituciones internacionales y organizaciones de la sociedad civil que se presentó con el objetivo de motivar una discusión más amplia en el país.
Identifica 10 principios rectores del desarrollo, así como un conjunto de instrumentos de implementación con enfoque territorial y basados en procesos colaborativos como las iniciativas clúster y cadenas de valor.
De los principios rectores destacan ―además del papel central del Estado― la coordinación público-privada, interinstitucional y entre los diferentes órdenes de gobierno; la existencia de un sector privado comprometido con el desarrollo, en alianza con el Estado y otros actores del desarrollo productivo y el establecimiento de uno o varios Consejos para el Desarrollo Productivo Sostenible, para materializar la colaboración entre el sector público y privado de manera institucionalizada y funcionaría como mecanismo de coordinación, seguimiento y evaluación de la implementación de la política de desarrollo.
Además, la priorización de los sectores estratégicos; concebir un proceso interactivo y colaborativo de prueba y error; promover un desarrollo regional armónico, equilibrado y sostenible y considerar a la innovación y la sostenibilidad como elementos transversales de las políticas de desarrollo productivo.
Martínez-Piva destacó el rol que deberá tener el Estado, al señalar que México deberá decidir cuáles son sus prioridades. “Entonces no es cualquier industria la que tiene que ven ir a invertir en México”, mencionó.
Para el oficial, la buena noticia es que México tiene las condiciones para diseñar la política de desarrollo productivo que necesita, pues tiene un Estado capaz y un sector privado potente. Además, “tiene un contexto internacional que lo invita a hacer una política productiva que le permita sacar provecho del contexto internacional”.
En ese sentido, reiteró que el Estado no puede hacer todo, pero sí tiene la capacidad de convocar a todos.