Basta leer el libro de Enrique Serna «El vendedor de silencio», para ver como a mediados del siglo XX, una cita favorable en su columna del periodista estrella de «Excélsior», Carlos Denegri, era suficiente para que un político ascendiera en su carrera política, o, por el contrario, una fuerte crítica, acabara con ella, o la afectara severamente. Y siguiendo con «Excélsior», basta leer «Los Periodistas» de Vicente Leñero para enterarse que el entonces director, el gran periodista Julio Scherer, comentaba que el gobernador de Guanajuato Luis H. Ducoing, le ofreció, y aceptó, su hermoso rancho para que su familia y él pasaran la fiestas navideñas, atendidos como reyes por diferentes personas. Bastan esos dos casos para ver que los priístas le daban una enorme, enorme importancia al periodismo político. Tiempos que se fueron a partir del año 2000. Foto de «La Silla Rota».