Belén Saldívar.
Si dos calificadoras sitúan el riesgo de un país por debajo del nivel de inversión, se pierde el grado a nivel internacional.
El servicio de la deuda podría incrementar de manera sustancial en caso de que México pierda su grado de inversión que tiene en diferentes calificadoras, esto luego de las reacciones que se han tenido por la aprobación de la reforma judicial así como otras modificaciones que se han propuesto –como la desaparición de algunos ramos autónomos–, señaló la organización México Evalúa.
De acuerdo con los cálculos de la organización civil, el servicio de la deuda aumentaría entre 14,023 millones de pesos hasta 73,861 millones de pesos de manera anual en caso de perder su calificación.
“A nivel internacional, hay evidencia de que los países que pierden su calificación enfrentan mayores costos de financiamiento, lo cual les resta recursos para invertir en otras áreas. En el caso de que México pierda el grado de inversión, estimamos que su costo financiero podría aumentar entre 14,023 millones de pesos y 73,861 mdp de forma anual dependiendo de cuántas agencias calificadoras recorten la nota crediticia”, expresó México Evalúa.
Explicó que la confianza del sector financiero es un determinante en la tasa de interés que deben pagar los países para acceder al financiamiento.
En este sentido, uno de los indicadores que analizan los inversionistas es la nota crediticia, la cual asignan agencias calificadoras como Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s, entre otras, en donde,– si la calificación es de un mayor riesgo, la tasa de interés a la que acceden los gobiernos será mayor.
“Cuando los gobiernos pierden la confianza del sector financiero, irremediablemente enfrentan mayores costos de financiamiento, lo que les resta recursos para invertir en otras áreas”, aseveró la organización.
Si dos agencias calificadoras sitúan el nivel de riesgo de un país por debajo del nivel de inversión, se pierde el grado a nivel internacional, lo cual aumentará las tasas de interés e, incluso, podría propiciar salida de capitales, señaló la organización.
“La razón es que, por ley, los fondos internacionales de inversión de bajo riesgo –como los fondos de pensiones y de renta fija– sólo pueden tener activos en países con grado de inversión”.
Advertencias
Luego de la aprobación de la reforma judicial, que generó diversas manifestaciones públicas, algunas instituciones señalaron que es probable que las agencias calificadoras recorten la nota soberana del país.
En este sentido, Moody’s advirtió que esto podría tener un impacto significativo en la calificación crediticia del país, dado que la reforma aprobada amenaza la independencia e imparcialidad del poder Judicial mexicano.
“La reforma judicial podría debilitar aún más los controles y equilibrios institucionales, lo que repercutiría en otros aspectos clave de la calidad crediticia de México como su fortaleza económica y fiscal”, expresó Moody’s en un análisis.
Por su parte, Joydeep Mukherji, analista de S&P, dijo hace algunos días que la reforma es factor de debilidad para el perfil crediticio que lesionará tanto a la calificación del soberano como a la de la empresa Pemex.
Previo a las advertencias, por la reforma judicial, las calificadoras habían estado atentas al déficit, que este año alcanzará un nivel histórico de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Crecimiento sería de 2.1%
Hacienda prevé desaceleración económica para arranque del gobierno de Sheinbaum
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé una desaceleración de la economía mexicana de cara al inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, el cual comenzará en octubre próximo.
De acuerdo con el periodista Noé Cruz, la SHCP — a cargo de Rogelio Ramírez de la O, quien repetirá el cargo con Sheinbaum — presentó a Petróleos Mexicanos (Pemex) y otras entidades públicas las variables económicas estimadas para el siguiente año, con el fin de que empiecen a diseñar sus presupuestos.
Lo mostrado por el periodista es que Hacienda esperaría un crecimiento de 2.1% del PIB, menor al pronóstico puntual de 3% que estima para este año, y el cual fue tachado de optimista y poco realista ante el enfriamiento de la economía que se observó en la primera mitad del año.
Asimismo, la inflación esperada para el 2025 sería de 3%, con lo cual regresaría al rango objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% +/- 1 punto porcentual.
Claudia Sheinbaum llegará al gobierno en octubre con la presión del déficit público, el cual alcanzará este año un nivel histórico de 5.9% del PIB.
Es por ello que la que se convertirá en la primera mujer Presidenta de México mantendrá en su cargo a Ramírez de la O, con el objetivo de poder llevar a cabo la consolidación fiscal y bajar el déficit a un nivel entre 3 y 3.5 por ciento.
Lo anterior, de acuerdo con Sheinbaum, se logrará sin la necesidad de impulsar una reforma fiscal, pese a las presiones de gasto existentes y la exigencia de la sociedad civil especializada de llevar a cabo una (reforma) para poder atender y garantizar los derechos de los ciudadanos.
Se espera que sea en noviembre cuando el equipo de Sheinbaum presente el Paquete Económico 2025 para que posteriormente pueda ser analizado y discutido en el Congreso de la Unión.
ana.martinez@nulleleconomista.mx