Le tocaba revisión vehicular a mi auto y la realicé en el Verificentro ubicado en San Bruno, en esta capital. Al terminar, a dos cuadras estaba la conocida panadería de «La Providencia» y no pude sustraerme a dejar de comprar mi postre favorito: «El niño envuelto». ¡Sabrosísimo! Si me tengo que quedar solo en una isla por un mes, que me lleven, por favor: este niño, unos tacos de carnitas con cebolla y perejil, un coctel de camarones, un ron con cacahuates, y un libro de anécdotas políticas reales.