«Martín Aguilar Sánchez, actual rector de la Universidad Veracruzana, ha sido hasta ahora el protagonista de uno de los episodios más oscuros en la historia reciente de la máxima casa de estudios del estado. Académico de formación, pero político por conveniencia, llegó a la rectoría en 2021 con el respaldo del entonces gobernador Cuitláhuac García y del hoy senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, con quien mantiene una estrecha relación que ha condicionado su gestión. Desde su arribo, la UV ha vivido un retroceso palpable: disminuyó su presencia en los rankings  internacionales, perdió dinamismo institucional y fue invadida por una pasividad funcional que paralizó su crecimiento. Aguilar Sánchez ha encabezado una administración gris, sin logros académicos destacables, sin renovación curricular ni fortalecimiento de la investigación. Bajo su liderazgo, la UV pasó de ser referente  en el sur-sureste de México, a quedar en el olvido nacional, Ahora, en el epílogo de su gestión, el rector busca perpetuarse en el cargo con el respaldo de una Junta de Gobierno  cuestionada por su falta de transparencia. Su intento de reelección  no solo se percibe como un albazo, sino como una amenaza directa a la autonomía universitaria conquistada desde 1997.  La UV enfrenta un momento decisivo. La permanencia de Aguilar significaría más oscuridad, más silencio y más retroceso. La comunidad universitaria tiene la palabra».  Es parte de lo que escribe Luis Ramírez Baqueiro en «Ventanaver». Fotos de Universo y UV JG.