El cerebro humano. Una crónica. Por Pedro Chavarría. Disector. 4 VII 25.

Lo que sigue es una crónica de un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature, en estos días, por Kerri Smith, con trabajo infográfico de Nick Spencer. Vale la pena revisar la publicación original (https://www.nature.com/immersive/d41586-024-03425-y/index.html?utm_source=Live+Audience&utm_campaign=fe4bffa22c-nature-briefing-daily-20250704&utm_medium=email&utm_term=0_-33f35e09ea-51631616), pro mientras, aquí va un resumen.

¿Qué hace tan especial al cerebro humano? Nos permite planear e imaginar el futuro, resolver enigmas, contar chistes y ser sarcástico, así como también padecer alteraciones que otros animales no, como trastorno bipolar y esquizofrenia.

Las diferencias entre células nerviosas -neuronas- entre el humano y otras especies suelen ser sutiles, sin embargo, el cerebro humano se desarrolla mucho más lentamente que en otras especies, pero ignoramos cómo es que esto nos da nuestras habilidades cognitivas.

En primer lugar, destaca el tamaño mucho mayor, aún en comparación con animales extintos -algunos gigantescos-. Es tres veces más grande en volumen, que el del chimpancé y gorilas.

El tamaño del cerebro destaca aún más cuando lo correlacionamos con el tamaño del individuo promedio. En el humano se rompe la regla de correlación. Un cerebro de chimpancé pesa 440g, el humano 1320g y el del elefante 5712g. El paquidérmico parece mucho más grande, pero no, comparado con el gran tamaño de este; el humano es más pequeño y en proporción, su cerebro es mucho mayor.

Cociente de encefalización: qué tan grande es un cerebro en comparación a lo esperado para el tamaño corporal. Cociente igual a 1 si coincide el tamaño cerebral con lo esperado para el tamaño corporal. En ratones es 0,5. En chimpancés 2,2 a 2,5. En elefantes 1,3, ¡Y en humanos, el asombroso y desproporcionado rango de 7,4 a 7,8! Es 7 veces más grande de lo que correspondería nuestros tamaños.

No solo es el tamaño total, sino que ciertas áreas son también mayores que en otras especies cercanas, como chimpancés; destacan la corteza (encargada de planeación, razonamiento y lenguaje). El cerebelo (encargado de controlar movimientos y planeación) también está más desarrollado, con gran cantidad de neuronas. Destaca la corteza prefrontal (justo al frente de nuestro cerebro, que toma decisiones y controla conductas impulsivas).

Otra gran diferencia reside en el número de neuronas. Tenemos más de 1,000 veces que los ratones y 13 veces más que un macaco. Sin embargo, hay otros cerebros diferentes muy bien dotados, como los cuervos, capaces de aprender y recordar notablemente.

Tan solo el tamaño cerebral no puede explicar la cognición humana.  El ratón tiene 7 millones de neuronas, el cuervo 2 billones (2,000 millones para la nomenclatura de USA), el macaco 6,400 millones, el elefante 257,000 millones y el humano 86,000 millones (otros textos citan 100,000 millones).

También cuentan los diferentes subtipos de neuronas; en el ratón se encontraron 5,300 diferentes: en el humano no se ha terminado el conteo, pero ya van 3,300 tipos diferentes y se espera encontrar muchas más. Pero no se han hallado subtipos exclusivos del humano, sino que las diferencias residen básicamente en la proporción, de modo que los ingredientes parecen ser los mismos, pero difieren las recetas (interconexiones neuronales), así como otras células no neuronales que sirven de apoyo y son más numerosas en humanos.

Las neuronas se interconectan entre sí, a través de prolongaciones de su citoplasma (dendritas), que en el humano son más abundantes, gruesas y largas. Las neuronas son como islas y se interconectan mediante puentes. Importa mucho el número, longitud y ancho de los puentes. Un ratón produce 1,6 millones de conexiones entre 2,000 neuronas; en el humano esto se multiplica por 2,5, agregando un tipo especial -interneuronas- que permiten modular las conexiones, que a su vez se interconectan 10 veces más, lo que se cree que nos permite generar pensamientos más complejos y recordar mejor.

Lo que sí se ha encontrado exclusivo de los humanos es el patrón de expresión de algunos grupos de genes, que favorecen el intercambio de señales, incluyendo a las células no neuronales de apoyo (glía, oligodendrocitos).

Otra distinción del cerebro humano es su lentitud para madurar (establecer su red de interconexiones neuronales). En el ratón, la maduración cerebral total toma aproximadamente 5% del lapso total de vida del animal; en macacos y chimpancés 30%, en humanos, unos 30 años (casi la mitad de la esperanza de vida). Este largo tiempo permite que crezcan más neuronas y que su organización sea más compleja, así como adaptarse mejor al medio ambiente.

Existen células progenitoras en reposo, que pueden dar lugar a reemplazos de varios tipos celulares, según requerimientos, cuando en el ratón no hay esta plasticidad. Más tiempo de desarrollo: neuronas más complejas: mayor capacidad de aprendizaje, aunque aun no se entiende bien el proceso ni las relaciones directas.

Sin embargo, también hay desventajas. Con la edad, la corteza se encoje más que en otros primates, quizá porque vivimos más.  A veces, pequeños defectos tienen consecuencias dramáticas. La esquizofrenia parece ser exclusiva del humano.