En política suceden los hechos más inverosímiles y aparentemente ilógicos hasta antes de su desenlace. Sólo cuando ocurren, todo mundo les encuentra explicación. Hace décadas, un político pueblerino del sur del estado, viajó a Xalapa y en el PRI le informaron que sería candidato a alcalde. Regresó feliz a su municipio. Mas al llegar a su casa, se encontró con el recado de que siempre no, que hubo marcha atrás y otro era el escogido.
Otros durante la convención de su partido para nominarlos, han sido sustituidos. Manuel Carbonell de la Hoz recibió apoyos y felicitaciones de organizaciones y amigos durante dos o tres días, como precandidato a gobernador de Veracruz. Finalmente, el candidato fue Rafael Hernández Ochoa.
Aquí mismo, en Xalapa, hace seis años, el entonces secretario del Trabajo, Américo Zúñiga, con la anuencia del alto mando político estatal, inició trabajos de precampaña para la presidencia municipal. Bastó una petición de Mario Vázquez Raña, presidente de OEM y dueño del Diario de Xalapa , para que el gobernador Fidel Herrera Beltrán lo dejara colgado de la brocha y diera luz verde como candidata a Elízabeth Morales. A estas alturas y si no se les atraviesa un tsunami ...