Ya salieron al paso tanto César Camacho Quiróz, el presidente del PRI nacional, como el diputado federal Manlio Fabio Beltrones Rivera -a quien le mandamos desde aquí nuestro pésame por el fallecimiento de su hermano Álcide, ocurrido el sábado pasado en Baja California-, que han dicho hasta lo indecible para justificar la inclusión como candidata plurinominal de Carmen Salinas, y es que la verdad, podrán decir lo que quieran, pero su inclusión es injustificable, no aporta nada al debate político, al debate de las ideas y sí, por el contrario, le resta seriedad a la arena política, porque Carmen podrá ser muy popular -de hecho su imagen es populachera-, podrá ser muy conocida, pero la señora nada tiene que hacer en el Congreso Mexicano. Nos da la impresión, con todo respeto, de que fue un capricho de la chaparrita que le fue cumplido oficiosamente por quien le toca decidir estas cosas de las candidaturas. Ahora que si confiaban mucho en su popularidad, pues la hubieran hecho candidata uninominal, pero en todo esto han dicho cosas tan disparatadas para tratar de justificar tal decisión basándose en el supuesto hecho de que Carmen «siempre ha defendido al pueblo…», ¡por favor! Por cierto que también fue muy comentada la inclusión de la propia hija de Manlio Fabio Beltrones –don Beltroni como le dice un cartonista en Proceso-, así como el hijo de la senadora Cristina Díaz y del veracruzano Tomás Montoya Pereryra, que parece que también lleva el nombre de su padre, ambos, por supuesto garantizándoles curul por la vía de la R.P. En fin, son esas cosas de la política que a veces uno no alcanza a entender.