«La debilidad del gobierno mexicano y los alarmantes índices de popularidad del Presidente deberían servir como aliciente para sacar a Peña Nieto del capullo y exponerlo al diálogo frecuente. El Presidente debe retomar el lugar que le corresponde. Nadie pide que tome el micrófono para explicar cada acontecimento de la vida nacional. Pero tampoco puede continuar siendo un fantama, aterrado de lo que podría ocurrir si un día sale a la calle. Debería mirar más allá de los pasillos de la residencia gubernamental: organizarse foros con jóvenes, dejarse entrevistarse en radio y TV, abrirse al escrutinio periodístico, abandonar el teleprompter y el protocolo- tan priista-, soltar por un momento la disciplina de mensaje. Aunque le vaya mal, saldrá fortalecido. En el poder, lo que cuenta es la presencia. Bien lo decía Louis Brandeis (célebre jurista de EU); «La luz solar es el mejor desinfrectante». Eso opina León Krauze en «El Universal» de Ealy Ortiz.