Como a muchos a mí también me conmocionó la partida del Maestro Guillermo Zúñiga Martínez. Convencido de que la muerte es ocasión única para meditar sin reservas, a eso y a observar reacciones en los medios me dediqué los siguientes días.

Posteriormente, a mi correo llegó un mensaje que me pareció sincero y reflexivo; era del Senador Pepe Yunes. Insatisfecho de mis meditaciones me detuve cuando en el texto encontré lo buscaba y que hasta ese momento no había leído en ninguna parte: «El Maestro Zúñiga Martínez permaneció intacto frente a las seducciones del poder así como intachable su conducta en la congruencia personal y en la convicción pública».

Suficientes palabras para una sociedad que evidentemente está desencantada de la democracia electoral, de la clase política, de los servidores públicos y de todo lo que venga del poder. Desencanto que tendrá que superar porque es reacción, no es opción.

Como servidor público, durante 40 años me tocó asistir a innumerables actos de esta naturaleza. Con desagrado en muchas ocasiones tuve que aguantarme el discurso apologético y no pocas veces manipulador en favor de la proyección de algún político del momento bajo el ordinario truco de que el que alaba se alaba. El abuso del poder, me consta, en ocasiones llegó a la estupidez de equiparar las virtudes del homenajeado con las del gobernante en turno.Yo me pregunto y pregunto ¿porqué si México ha engendrado tanto próceres estamos como estamos? ¡Cuánta vida ejemplar de mexicanos petrificada en monumentos y sin embargo ausente en la cultura cívica y política! Mi conclusión es siempre la misma: porque somos inconsecuentes al no practicar las virtudes que decimos admirar.

Esto, dicho de una manera bíblica, se llama HIPOCRESIA que junto con la IGNORANCIA Y LA AMBICIÓN son declarados como los enemigos de la fraternidad Fundada primero en Londres y luego en Charleston, Carolina del Sur, (1801) me refiero al primer Supremo Consejo del Rito Escocés de Antiguos y Aceptados Masones del mundo. De ellos sólo dos eran oriundos de los Estados Unidos de América, los restantes procedían de lugares tan disímiles como Irlanda, Inglaterra, Francia, Polonia, Chequia y España, significando con ellos que el escocismo masónico habría de nutrirse con hombres justos, morales y de prestigio de todas partes del mundo, de todas las creencias religiosas y opiniones políticas, y de todas las razas » Y de este labrado fue el del MM GZM cuyo esfuerzo de toda su vida le mereció el Grado 33, máximo que reconoce esa institución en todos los países del mundo y desde hace casi 300 años.

Casi todas las religiones, partidos o instituciones morales del mundo, quizá con distintos enfoques, son creaciones culturales para el bien del hombre y en todas hay creencias y principios de superación y desarrollo espiritual. Lo que las enaltece o denigra es la conducta del Hombre.

El Maestro Guillermo luchó contra la ignorancia, su única ambición fue servirle a Veracruz y llevó una vida republicana y de congruencia en los hechos. Por este medio expreso a su hijo el Lic. Américo Zúñiga Martínez y a toda su familia mis condolencias, su señor padre fue – y con su ejemplo seguirá siendo – un servidor público y un político – que le caracterizó el afán de servirle con pasión a Veracruz, o sea, al parecer, como casi ya no hay. Lo que hoy abunda son los políticos mediocres de todos colores, ególatras, chapulines ambiciosos de poder y de riquezas materiales a base de abusos y de actos de corrupción.

Con aciertos y errores como todo ser humano y como político, GZM fue de valores éticos y de virtudes. Ningún cargo público ningún Grado, ningún aplauso o elogio lograron que perdiera humildad, cordura, ecuanimidad y sencillez. Recuerdo cuando tuve el privilegio de coincidir con él en una ceremonia muy especial de reconocimiento fraterno. Con todo respeto dije a la concurrencia que el mejor reconocimiento al maestro impulsor de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz es el que se compromete y en solidaridad específica y concreta, se suma al proyecto elogiado. De aguda inteligencia el Maestro Zúñiga se dio cuenta de los alcances de mis palabras de crítica y de exhorto para aquellos que su actuar aun no concuerda con lo que elogian. Abundan los que alaban para alabarse. Llegó la hora de diferenciarlos. Vamos ver quiénes, cuántos y cómo elogian con hechos la UPAV creada e impulsada contra viento y marea por el Maestro Zúñiga. Debiera la Legislatura del Estado reconocer el desafío pedagógico del siglo representado en este proyecto e instituir el PREMIO MAESTRO GUILLERMO ZUÑIGA MARTINEZ para ver si así se logra rescatar émulos que de verdad sigan su ejemplo. Se necesita alentar la creación de nuevos paradigmas educativos acordes a los retos del Siglo XXI. Hay naciones del primer mundo que reconociendo esta necesidad ya empezaron. Otras ya ensayan modelos que con excelentes resultados cuestionarían el establecido en México.

La clase política mexicana no es precisamente un dechado de actualidad y vive a la vez procesos de degeneración y de regeneración. Este contexto vuelve excepcional e imprescindible la contribución y el ejemplo de servidores como el maestro Guillermo Zúñiga Martínez; un referente histórico nada fácil de remontar por las nuevas generaciones, tanto de servidores públicos como de políticos jóvenes, ya sea los que aspiran a un cargo de representación o los que ahora lo desempeñan.